JUEVES, 15 DE MARZO DE 2012
“¿Por qué algunas personas tienen tanto mientras yo tengo tan poco?”. Todos hemos experimentado esta sensación; y lo más probable es que nos hayamos sentido pésimo al hacerlo. Con frecuencia, nos sentimos impotentes por nuestra carencia material. Pero como mi padre, el Rav, nos recuerda: La carencia física nunca es la razón por la que no hacemos lo que queremos hacer en este tiempo de vida.
Algunos de los personajes más revolucionarios de la historia fueron hombres y mujeres que eran pobres o tenían alguna incapacidad física. No observes la vida de otra persona y pienses que lo que ésta tiene es mejor que lo que tú tienes. Nadie es más poderoso que tú. Si quieres cambiar el mundo, hacer de éste un mejor lugar, puedes hacerlo con la misma facilidad que una persona que tiene dinero, o atractivo físico, o carisma, o...
Existe una igualdad de condiciones. No permitas que algo o alguien se interponga en el camino de ser lo que necesitas ser y de hacer lo que viniste a hacer en este mundo.
Yehuda Berg
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Hace un par de Shabbats, nuestro Maestro Shimon, nos contó una historia en el momento de dar la lección de consciencia previa a la lectura de la Torah, y esta decía más o menos así:
Esta es una historia que le fue contada, haciendo referencia a algo que aconteció --de acuerdo a lo que le refirieron-- en la vida real. Nos contó que en algún momento un millonario canadiense de religión judía, dejó dos cartas de última voluntad ante su inminente fallecimiento, y lo hizo con la indicación explícita, de que una debía ser leída por sus hijos antes de enterrarlo, y que la segunda deberían leerla una vez que hubiera sido llevado a cabo el entierro, y por ningún motivo en otro orden.
La primera de las dos cartas de voluntad decía así: ´Sabiendo que los entierros dentro de la religión judía tienen que ser completamente desnudos para regresar a la tierra de la misma manera que el Creador nos trajo al mundo, mi última voluntad es ser enterrado con calcetines. No importa si desnudo, pero con calcetines.
Parecería fácil dentro de otro marco de creencias...pero para las leyes de la religión judía, ningún Rabino se atrevería a desobedecer el mandato de la ley...Esa voluntad era imposible de llevar a cabo.
Los hijos de este hombre, se vieron en la necesidad de "tocar base" con todos los Rabinos posibles...pero ninguno accedió a su petición y para pena de los deudos, el hombre no pudo ser enterrado con calcetines, por ningún motivo, aún habiendo sidos su padre tan poderoso y millonario.
Sin embargo, quedaba la segunda carta de voluntad, así que se dirigieron a revisarla, esperando al menos poder cumplir cabalmente con esta otra. Esta segunda carta decía:
"Queridos hijos, como verán cuando uno sale de esta vida, hagas lo que haga, seas quien seas, no puedes llevarte ni los calcetines que llevas puestos, por lo que, de los siete billones de dólares que conforman mi fortuna, sólo les dejaré uno para que se lo repartan entre ustedes en partes iguales --y que seguramente les servirá para resolver el resto de sus vidas--, más sin embargo, los restantes 6 billones, los estaré dejando para obras de caridad en el mundo. Después de esto estoy seguro de que ahora entenderán mejor esta decisión."
o.O
Me encantó la historia. =)
La igualdad de condiciones está en que muchos pensamos que somos dueños de lo que tenemos: carisma, belleza, dinero, poder...en realidad, ninguna posesión del mundo físico realmente nos pertenece, son herramientas que nos son prestadas para cumplir con la misión y corrección del Alma que venimos a hacer. Sin embargo, como nos explica la Biblia Kabbalística, porción Vayak'Hel, "la verdad es que aunque las posesiones son temporales, las acciones espirituales que llevamos a cabo si nos pertenecen para siempre."
En lugar de que estemos enfocándonos en la carencia o en lo que nos parece que no es "parejo"...observemos que si nos toca y que herramientas si tenemos; sólo así podremos sembrar para la misión eterna.
Lo dejo para tu reflexión.
=)
feliz día
Prana Pascual
