Miércoles 30 de marzo de 2016
Cada vez que damos entrada pensamientos negativos de la ira, la depresión, el miedo y la duda, nuestro oponente añade capas negativas (Klipah) que le dan aún más fuerza a estos pensamientos.
Hay que reconocer la batalla que se produce con el fin de eliminar estos pensamientos negativos y ganar la batalla de la certeza.
Michael Berg
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Hay algo que yo menciono como "presentar batalla".
Los humanos estamos aquí para ser valientes, proactivos, constantes en nuestro trabajo espiritual, sin embargo, hay que saberlo, hay días que no estamos en suficiente buena condición. Hay días en que tenemos dudas, o cansancio del camino, o que nos atrapan emociones destructivas.
Hay algo interesante en la tecnología de la Kabbalah que yo trato de aplicar no con precisión matemática porque no soy así de sistemática, sino más intuitiva en ese sentido, pero si con una bastante consciencia de lo que estoy haciendo: "Dar su parte al Satán" tal como lo hacemos con la jalá (el pan de Shabbat) en que le damos su décima parte de la totalidad para que con eso no ataque el otro 90%. (cortamos una partecita del pan, aproximadamente la décima parte, y la tiramos a la basura donde ninguna persona la vaya a consumir y a esa le inyectamos la consciencia de que es la parte de Oponente que todo proceso tiene).
Yo lo que hago, es asimilar que hay días que no estoy suficientemente bien parada para la batalla activa. Entonces comienza la batalla pasiva: Me doy permiso de llorar, de entristecerme o de estar molesta un rato. Sólo un rato. Ese rato lo lloro o lo rumio pero en mi mente, mi consciencia está clarísima de que me debo de salir de ese estado en breve, que no lo puedo extender más de eso, porque la oscuridad tiene su propia potencia y no hay que retarla sin precaución.
Procuro por supuesto mantener ese tiempo sin hacer decisiones importantes, sin generar acciones trascendentes o sin proyectar nada de eso a mi futuro. Procuro no decretarme estupideces que son tan frecuentes cuando estamos de malas. Pero si hay cierto permiso para sentir el abatimiento.
Aquí el punto es que dejo una especie de "cordel mental" para jalarme hacia la positividad nuevamente, hacia la acción o el trabajo y mis deberes, pero un rato, dejo a mis músculos estar sin tensión...y salgo de ahí tan pronto me es posible, sin sentirme que por ello fallo a mi espiritualidad.
Si me es imprescindible tener MUY claro que tengo que salir rápido y que no puedo hacer de esto una cama cómoda para estar, pero que tengo permiso para no ser perfecta porque no venimos a hacer eso, venimos a transformarnos de acuerdo a nuestro tikún, que una vez más les digo: tenemos que saber claramente cual es.
Yo generalmente procuro no pasar así más allá de unas pocas horas al mes y eso ya tardándome mucho. No es que lo calcule, es que a veces es mejor parar, que seguir sin hacer un alto de salir del robot.
Empiezo poco a poco a pedalear para salir con pequeñas bromas o chistes que me hagan reír y me empiecen a desembarazar del estado pegajoso de los sentimientos oscuros, o busco un lugar soleado que me haga entrar en un calorcito vital. No se trata de abandonarme, se trata de tener un respiro y salir lista para seguir trabajando.
Esto te lo comparto porque me sirve, pero no es una invitación a hacerlo. Cada quien debe decidir como llevar su relación con el Creador y con su Oponente.
Feliz día Comunidad, aquí aplica cada quien su consciencia, yo solo te comparto como suelo hacer si esto te hace generar ideas de tu como quieres dar su parte al Oponente sin que le des permiso de más.
Prana Raquel Pascual
Psicoterapeuta Gestalt | Coach
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