miércoles, 31 de agosto de 2016

Cadena de Luz

Continuando con el tema de Ver, nos explican nuestros Maestros, es tener Romemut: ver la grandeza de los demás.

Romemut quiere decir tener apreciación por ejemplo por tus Maestros, por tu familia, por tu pareja, por tus padres.

Lo más sencillo de este Mundo es concluir que los demás están torcidos, que tienen algo mal o algo que no casa con nuestras expectativas.

Es curioso como nos descalificamos pero con eso, sólo perdemos poder todos como conjunto.

Es muy interesante para mi el fenómeno del poder que nos conferimos los unos a los otros.

Lo noto frecuentemente en las relaciones interpersonales, por ejemplo entre papás. Cuando un papá y una mamá están educando a un hijo, veo que es más o menos común que entre ellos se desautoricen. Uno dice al hijo una cosa y el otro otra totalmente diferente. Podemos pensar que el niño "se confunde", pero en realidad no es tanto así, más bien recoge el poder que los papás dejan caer al suelo en ese momento y se empodera él, haciendo que el orden de la autoridad se tergiverse. 

Muchas veces esto es por no valorar a tu par lo suficiente, por competir, pero desacreditar al otro no solo no te vuelve más apto sino que los tira a ambos y desordena la relación.

En un trabajo: es muy común que la gente se invente roles en los que el jefe siempre tiene que quedar como el infalible y el perfecto y para ello desacredita a su colaborador, así todos los errores caen en la vasija ajena...el problema es cuando necesitas que a tu colaborador le crean en algo que tu mismo necesitas, o que haga alguna función que es para tu propio equipo y ya está completamente desacreditado... perdiste el poder de la unidad.

Se me ocurren varios casos en los que nuestra impulsividad es desacreditar y des empoderar a otros porque tenemos que desquitarnos de algo o estamos en modo de frustración, lo realmente malo es que el poder humano es siempre compartido, no hay nadie que tenga un poder absoluto, que no esté basado en las conexiones y los nexos con los demás...Me lo imagino como una serie de focos de navidad en que si uno falla, el resto no recibe la energía que necesita y simplemente tampoco pueden ya encender.

¿Te hace sentido? ¿Te has visto alguna vez en alguna situación similar?

Despreciar a alguien puede tener una nota de placer malsano en algún momento, lo malo es cuando lo dejas tan descargado de energía que ya no puede ayudar al Bien Común.

Hoy la reflexión es basada en experiencias muy mundanas, pero que muy probablemente a todos nos hayan acontecido.

Apreciar a los otros no es una tarea fácil porque lo inmediato y más normal en los humanos es que juzguemos...pero podemos reflexionar un poco más sabiamente...todos estamos conectados, en mayor o menor grado: Hablar de las debilidades ajenas no muestra en realidad nuestra superioridad, sino nuestra incapacidad de ver la Luz que si está revelada.

Es una prueba compleja para nuestra inteligencia espiritual, pero una en la que tenemos que poner extrema atención.

Me sumo a la reflexión y al esfuerzo de no debilitar mi propia cadena de Luz.

Feliz día Querida Comunidad

Prana Raquel Pascual
Psicoterapeuta Gestalt | Coach

Imagen http://www.lucesdenavidad.com.mx/