Ver es un ejercicio que podemos hacer en dos direcciones: adentro o afuera.
Dentro del organismo que eres, o fuera del organismo que eres, es decir, el entorno en general, por ejemplo: los otros que nos eligen o nos rechazan, que nos quieren o que se enojan con nuestras actitudes, que se desesperan o que abusan, que nos respetan o nos indignan.
Otro lugar donde ver: las circunstancias, la situación, los patrones que experimentamos repetitivamente.
Nadie tiene una vida que le sea ajena, todos experimentamos ese tipo de ciclos en los que sembramos consciente o inadvertidamente lo mismo (si no estamos despiertos a la consciencia), y por tanto cosechamos frutos muy parecidos que a veces nos sorprenden por falta de entendimiento en lo que estamos haciendo, ni cómo ni para qué. Eso pasa cuando no hemos comenzado nuestro trabajo de auto conocimiento.
Observa eso: observa como te responde el mundo, cómo se te presenta
Mira: ¿Cómo opera lo que es involuntario en ti?
Tu voluntad topa con la de muchos otros que te circundan, el mundo no está hecho para que nadie ande sin tener que darse cuenta de ello, por definición encontraremos obstáculos, trabas, oposiciones, simpatías y antipatías, puertas abiertas, puertas cerradas, adversidad y fortuna, eso es el mundo, es la vastedad de posibilidades, y hay que sortearlo y a veces encontraremos que por ser muy cuadrados, no cabemos en posibilidades que demandan flexibilidad o ser maleables.
No solo te veas a ti porque te quedarás corto. Por supuesto ver afuera demanda volver a revisar adentro, pero el entorno será un jugador en el juego de tu vida.
No lo olvides. Nadie tiene una vida sin retos.
Shabbat Shalom Re'eh
Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt
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