En esta porción, Va'etchanan, Moisés rogó. Pero no entró en ese momento a Israel.
Es interesante lo que nos explica nuestra maestra Karen Berg acerca de si nosotros como humanos podemos modificar todos los decretos que se nos presentan.
Su respuesta es No. ¿Por qué?
Porque hay cosas que nos vienen por tikun, es decir por corrección del alma, hay cosas que nos vienen para ayudarnos a saber quienes somos, hay cosas que nos ayudan a encontrar nuestro verdadero lugar en la vida.
Hay veces que encontraremos una puerta que no podremos abrir, pero que alguien más podrá.
Aquí entra una comprensión que se nos escapa la mayor parte del tiempo y es que aunque somos seres con destinos individuales, algo de nosotros colabora al destino de la comunidad, al de nuestro linaje, y aportamos también a nuestra generación.
Existe la corrección individual pero también la de la tribu humana, de la comunidad, y por ello cada uno tendremos procesos compartidos o algunos que heredamos de nuestros ancestros y que a su vez dejamos pendientes a nuestros descendientes para que lo acaben.
Esto lo podemos ver en la Torah cuando sabemos que 600,000 almas (personas) salieron de Israel ¿Y cuantas ingresaron a Israel? 600,000, aún cuando no fueron las mismas personas encarnadas, pero si las mismas almas.
Varias generaciones de personas encarnadas murieron en el desierto, sin embargo la misión se cumplió a través de esa "transmigración de las almas".
¿Interesante no?
Quizás esto nos consuele como individuos, que nuestra misión no es unipersonal sino de tribu y de generación en generación.
Mucho que pensar, y sin embargo, cada uno podemos mejorar nuestra vida y con ello, sumamos a que nuestros colegas de vida también alcancen su elevación de consciencia.
Todos contamos, aún más allá de nuestras propias fronteras corporales.
Feliz martes comunidad
Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt Humanista -Coach
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