martes, 22 de noviembre de 2022

Las acciones bondadosas no reconocidas no son menos valiosas.

 


Aunque estemos o no acostumbrados a recibir reconocimiento, en algún momento llegamos a esperarlo, y no sólo por nuestros logros sino por nuestras acciones bondadosas, caritativas y justas. 

Michael Berg dice en Los secretos de la Biblia “Queremos reconocimiento por lo que hacemos y nos molestamos cuando no lo obtenemos. La porción de Toldot nos ayuda a entender cómo este deseo de reconocimiento actúa en nuestra contra”.

Toldot cuenta la historia de Esav y Yaakov, los gemelos de Rebeca e Isaac. Los gemelos se pelearon para decidir quien saldría primero del útero de su madre. Esav ganó la batalla y, por lo tanto, es el primogénito. Eso le da derecho a la bendición de su padre, lo cual tiene un significado espiritual. La bendición de un padre hacia su primogénito es como abrir un canal de Luz adicional para su vida.

Los gemelos eran polos opuestos. Esav era alto, velludo y creció para ser cazador y granjero. Yaakov era pálido y lampiño, un hombre que “habitó en carpas”, es decir, estaba más interesado por el estudio y la plegaria que por la vida al aire libre. Yaakov era un pensador espiritual, deseaba las bendiciones del primogénito y creía que su hermano no merecía tal honor.

Yaakov tenía tantos deseos de recibir la bendición y el reconocimiento de su padre que actuó de manera deshonesta. No estaba satisfecho con la Luz que traía a su vida a través de las plegarias y el estudio, él quería la bendición de su padre. El deseo de reconocimiento puede ser tan motivador como el amor o el éxito.

La Kabbalah nos enseña que las acciones bondadosas no reconocidas no son menos valiosas. El trabajo duro aún vale y la perseverancia siempre será recompensada, a fin de cuentas.

Michael Berg dice que “Idealmente, deberíamos evitar que los que no están involucrados directamente con nuestra vida espiritual, sepan mucho, especialmente sobre nuestros actos de compartir, porque las buenas acciones anónimas revelan la mayor cantidad de Luz”.

Compartir es un acto poderoso y cuando dejamos ir nuestra necesidad de reconocimiento, nos permitimos sentirnos bien de adentro para afuera en vez de afuera para adentro. No necesitamos que alguien nos reconozca por trabajar duro o por realizar actos bondadosos. Las bendiciones vendrán a nosotros, no importa si los demás saben o no sobre nuestras buenas acciones. Compartir es intrínsicamente valioso, no porque ganes algún tipo premio sino porque trae más Luz al mundo y a la vida de las personas con quienes compartimos.

Todo un reto en esta época hiperconectada donde pareciera que para existir tenemos que aparecer en redes sociales. 

Que sutil equilibrio nos es solicitado ¿No crees? Pero vale la pena recordarlo las acciones bondadosas no reconocidas no son menos valiosas.

Jacob fue al fin del día, la carroza de la columna central, del balance entre la misericordia y el rigor y por quien se reveló la posibilidad de la restricción, por tanto de la elección libre de nuestra polaridad o inclinación para los humanos que venimos después.

Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt - Coach

Texto publicado en El Centro de Kabbalah Internacional

https://www.kabbalah.com/es/articles/desire-for-recognition/