miércoles, 8 de abril de 2020

El otro lado de las posibilidades


La cena de Pesaj son una serie de conexiones en las que leemos historias y pareciera que es simplemente una comida en la que se reúne la familia para compartir, pero en realidad, es una potente conexión con un deseo de libertad, de salir de las esclavitudes en las que vivimos.

Hoy más que nunca nos damos cuenta de que no somos libres, vemos varios círculos concéntricos que nos atrapan: vemos un gobierno que nos hace sentir desvalidos y victimizados antes sus decisiones e indecisiones, vemos países que nos tienen atados con condiciones comerciales o tipos de cambio que se nos escapan de control, vemos el mundo microscópico haciendo festín de los seres humanos, vemos cercos sanitarios, contingencia, nuestra frontera se ha vuelto nuestra propia casa.

Hoy, nuestras celdas están más evidentes que nunca, sin embargo, el ser humano tiene muchas más dimensiones posibles y generalmente la primera celda en la que vivimos es nuestra mente: las historias que se cuenta y que se cree, y otra gran prisión son las palabras que emitimos y que después se vuelven los calabozos de lo innegable "tu me dijiste" "tu me ofendiste" "tu me mentiste", "tu me difamaste" "tu me heriste" "tu me despreciaste" "tu me prometiste"...

Pesaj significa además de la traducción coloquial de Pascua, "el paso por o a través de", quiere decir Boca que Habla, porque los humanos somos llamados así, Los que Hablan, y que a través de ello, nos desconectamos los unos de los otros y de nuestra alma incluso.

Si pudieras honrar el privilegio de hablar ¿Hablarías el mal? ¿Decretarías los infortunios? ¿Herirías a los demás? ¿Insultarías o te de-meritarías sistemáticamente?

En tu sano juicio no. Quizás ese sano juicio es el que debemos reencontrar

Esa es la primera celda que tenemos que sortear de este laberinto de obstáculos en el que nos encontramos; Una mente que solo dicta palabras de des-conexión.

¿Qué quieres hacer en este Pesaj? ¿Qué esclavitud quieres vencer?

A mi me encantaría poder dejar de contarme historias de que no soy suficiente aún, de que otros pueden y yo no puedo, que tengo que estudiar otros mil años para ser capaz de decirte algo que valga la pena y que te ayude a salir adelante y liberarte también. 

Detesto las palabras huecas que escucho por doquier, pero más detesto las palabras que me digo a mi misma de insignificancia.

Ese es un gran jametz que encuentro dentro de mis creencias.

¿Tu cual encontraste? Hoy puedes poner la intención para transportarte hacia el otro lados de las posibilidades.

Prana Raquel Pascual
Coach de Vida y Carrera | Psicoterapeuta
Imagen https://www.guiajando.com/los-laberintos-mas-famosos-del-mundo/