Estamos recorriendo la porción de Vaera, en la cual Di.os habla con Moisés y lo vuelve su fiel pastor ya que comienza su misión de libertar a los niños de Israel.
Les comparto unas palabras del Rav Berg al respecto de esta porción y el evento en que Di.os le dice a Moisés que vaya a hablar con El Faraón y la respuesta de Moisés diciendo que cómo podría hacer eso, el que tiene labios incircuncisos. (Moisés era tartamudo, pero elige esta palabra para decirlo queriendo expresar algo similar a que no estaban listos.
Dice el Rav:
"Como
dice el antiguo proverbio kabbalístico: cuando hablamos, lo que proviene de
nuestro corazón llega al corazón de otra persona.
A veces hablamos y hablamos, y
lo que decimos cae en oídos sordos.
Cuando la comunicación no se realiza,
podría ser porque no proviene del lugar correcto o que las palabras no pueden
ser expresadas o no pueden llegar al nivel de Maljut, por eso los oídos se cierran y la
persona también.
Mi maestro, Rav Brandwein, decía que algunas palabras no están
hechas para ser comprendidas y que algunas personas no están aquí para
escucharlas. El diálogo entre Di.os y Moisés es sobre la voz y las palabras. Los
israelitas no podían oír a Moisés porque él venía de un nivel superior que
ellos aún no habían alcanzado."
Aquí yo reflexiono, es verdad que hay que asegurarnos de estar listos para hablar, razonar lo que vamos a decir, pasarlo por el cedazo de la consciencia, del entendimiento, pero también hay que estar listos para escuchar.
Un problema muy serio de los humanos es cuando somos necios, cuando somos impermeables a escuchar un consejo constructivo o una perspectiva diferente. Cuando estás en ese lugar lo único que logras es perderte de un regalo que te podría hacer crecer con mayor velocidad, o evitarte problemas innecesarios, o endulzar algún proceso que sin terquedad, podría ser más simple. Escuchar puede darte una pieza de información que puede apoyarte a tener más perspectivas y por tanto más posibilidades de abarcar las situaciones.
Pero ser necio es algo que si considero un pecado. Pecado no es un término kabbalista como tal, pero si algo está fuera de lugar en una práctica espiritual es ser rígido a tal grado que no puedas cambiar y transformarte.
Hay que estar dispuestos a trabajar en nuestra capacidad de transmitir, pero también y en igual medida, en ser receptivos con buen criterio.
Prana Raquel Pascual
Coach de Vida y Carrera | Psicoterapeuta
Basado en clase del Rav Berg