En estos días, hablando de cosas sorprendentes, te cuento que en esta porción de la Torá o Biblia, pasa algo muy trascendental, y por tanto muy famoso para cualquiera que ha tenido algún acercamiento al texto: La entrega de los 10 Mandamientos.
¿No te parece increíble que habiendo este evento de impacto tan supremo (La entrega de las Leyes para la Vida), la porción se llame "Yitró"?
Lo que observo es que hay un mensaje importantísimo para cada uno de nosotros.
Habrás escuchado en boca de muchos la frase "La gente no cambia" ¡Por supuesto que la has escuchado una y otra vez! pero...¿Tú que crees?
Yo por supuesto, creo justo lo contrario: La gente si puede cambiar...claro, no todo mundo cambia ni para donde a otros les conviene, ni en el tiempo que otros esperan; es verdad que hay gente que pecará de necedad y procurará no moverse de lugar, ni de opiniones, ni de creencias, es verdad que hay gente que se siente mejor aferrándose a no cambiar, yo le llamo: El mal del necio
Yo por mi parte, confío mucho en que el ser humano tiene a su alcance, ser adaptable, ser flexible, ser espontáneo, permitirse movilidad -que no necesariamente es fragilidad o volubilidad por falta de firmeza-, es tan solo asimilar que este mundo es cambiante, que es por sí mismo un lugar de oportunidades continuas: cuando crees que se cierra una puerta, normalmente se abre al menos una ventana, si no es que muchas más sendas a seguir, y por tanto, las personas podemos responder con nuestra buena disposición a movernos.
Yitró era un ser que había sido negativo (por decirlo de alguna manera que no sea la palabra "malo"). Había respondido a su entorno con vivacidad y por tanto, se volvió "bueno en ser negativo"😁, por decirlo así.
Pero Yitró respondió a lo que el entorno siguió ofreciendo, y de pronto se dio cuenta que había otra manera de ser y simplemente, se transformó: Sin dramas, sin duelos o sensaciones de ¿Qué he estado haciendo hasta hoy? En realidad, lo que hizo, es usar las mismas habilidades que había desarrollado en la negatividad, poniéndolas al servicio de ser constructivo y punto y así, ¡¡Fue un gran maestro para Moisés!!
Así también se nos habla de otro individuo en esta porción: Gershón, el primer hijo de Moisés.
El nombre Gershón, significa "extranjero en tierra extraña". Explican los maestros kabbalistas que no solo él, sino también nosotros estamos en este mundo como extranjeros, es realmente en Mundos Superiores cuando nos sentiremos realmente en casa, sin embargo, nuestra vida aquí, siempre es un viaje.
Al poner el nombre Gershón a su hijo, Moisés nos enseñó que todos somos nómadas moviéndonos de un lugar al otro en un mundo físico que cambia y desaparece, y que el mundo real es espiritual, el que es verdaderamente eterno.
Si entendemos esto, tendremos un mejor viaje en esta existencia temporal y física, porque sabremos que el mundo espiritual, es nuestro verdadero hogar.
El cambio de un individuo es importantísimo en esta Tierra, por eso Yitró y Gershón, tienen un lugar especial en el texto de esta porción, aunque especialmente este segundo, no tuvo una vida famosa, pero si tuvo impacto de otras maneras, como la mayor parte de nosotros, sin fama, pero con importancia intrínseca en nuestro contexto cercano. 😉
Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt
Itálicas El Centro de Kabbalah Internacional
Imagen https://www.youtube.com/watch?v=Oi924WQ9-os