jueves, 1 de septiembre de 2022

Dos de cuatro (parte dos)

 


Continuamos con las otras dos transgresiones que podemos revisar antes de Rosh Hashaná:

Adulterio.

Esta transgresión tiene distintas connotaciones, la obvia es mentir y engañar a tu pareja o a la gente en cualquier otro ámbito, corromper la pureza de algo, pero también cuando una persona desea las cosas de los demás. Hablamos de deseos envidiosos o celosos. 

Encontramos esta transgresión cuando quieres cosas que no te pertenecen. Veámoslo así: Está bien ver cosas e inspirarse para querer tenerlas o ganarlas, pero así si no estoy dispuesto a hacer lo que se necesita para tenerlo, pero lo quiero agarrar. Arrebatar podría ser la palabra adecuada.

Querer tener cosas por las que aún no se tiene el mérito o preparación, quitar a otro lo propio, interferir en una relación o en un reconocimiento o bendición ajena.  

En este rubro podemos considerar también el tener falta de apreciación de las bendiciones que yo tengo, la niñez que tuve, la familia que tuve, etc. en realidad es justo lo que necesitaba mi Alma. No apreciarlo se considera dentro de esta categoría. 

Lashon Hará (La Mala Lengua / La Mala Palabra)

La mala lengua tiene que ver con cualquier cosa que decimos, que desmotive a alguien a hacer su trabajo espiritual, que le confunda, o que haga dudar a otros sobre de algo o alguien.

Cuando digo algo positivo pero la intención no viene del lugar correcto se considera Lashon Hará. Que bonito tu vestido (y por dentro estás siendo irónico o sarcástico). 

Cuando criticamos o hablamos mal de alguien, cuando rompemos ante otro la imagen de otra persona. Eso es irreparable porque lanzas una energía malvada con tus palabras que después ya no puedes recuperar. Eso horrible que dijiste va propagándose como un virus y aunque tú lo originaste, se sale completamente de tu control ya detener la reacción.

Solemos decir irresponsablemente cosas que hacen daño todo el tiempo, que manifiestan cosas negativas, hablamos de más. Se abren aperturas terribles si en vez de decir lo que es justo o correcto sólo digo lo que me conviene decir. Ser "mal hablado" cuenta como mala lengua si tu intención es herir o dañar el valor de alguien.

Contar las intimidades o secretos confiados también podemos incluirlo.

Revísate en estos cuatro niveles. Sin cabeza dura. Nadie está libre de alguna de estas acciones, así que no te defiendas de más; entra humilde al ejercicio, no cultives culpa sino responsabilidad.

Prana Raquel Pascual Mejía - Psicoterapeuta Gestalt - Coach