sábado, 15 de julio de 2023

¿Estaríamos listos?


Con estas dos Parashot se finaliza la lectura del cuarto libro de la Torá, Bamidbar -Números, literalmente “En el desierto”. 

Las Parashiot -porciones de la Torá- son leídas siempre durante el período de las tres semanas que van del 17 de Tamuz al 9 de Av, ambas fechas de ayuno, la primera por haber caído las murallas que rodeaban la ciudad de Jerusalén y la segunda, por la destrucción del Templo en el año 70 de la era común.

Matot -tribus- significa en su traducción literal palos, estacas, un pedazo de madera seca, fuerte y firme que alude a la fortaleza del alma y su posibilidad de sobreponerse a las limitaciones del mundo físico, a los tiempos de exilio.

Durante su travesía por el desierto el pueblo por mandato divino hizo 42 viajes cuyas estaciones son mencionadas en la Torá. Todos estos viajes se consideran parte del éxodo de Egipto, no sólo el primero cuando efectivamente salieron de Ramsés y acamparon en Sucot. Si se entiende que Egipto -Mitzraim- no solo es un lugar sino un estado espiritual ya que todo el tiempo que los hijos de Israel no estén en su tierra se considera que están restringidos, limitados y por tanto cada viaje representa la salida de esta limitación. 

Masei -viajes- no solo hace referencia a los viajes que acercaban cada vez más al pueblo a la Tierra Prometida; sino también en su acepción espiritual que alude al refinamiento y a la elevación logrados por las personas a través del cumplimiento de Torá y mitzvot.

En estas porciones también sucede que Di-os instruyó a Moshé sobre la distribución de la tierra entre las Doce Tribus, las doce correcciones que podemos inferir que significan los doce signos del zodiaco, las doce principales distribuciones de características humanas, sus polaridades, su necesidad de balancearse, de trabajar su equilibrio.

Moshé en esta porción también ve la tierra de Israel desde el Monte Nebo y nombra por orden de Di-os a Josué -Yehoshúa ben Nun- su sucesor en la conducción del pueblo. Moshé es instruido sobre las últimas mitzvot relativas a Eretz Israel en compensación a la prohibición de su entrada al país, contrariamente a lo que se piensa, no es una castigo para él, sino un acto -según mis palabras- de permitir pacientemente el proceso de maduración de los niños de Israel. No se puede cerrar un proceso solo porque si. Lo importante no es acabar sino que la gente esté lista.

¿Estaríamos listos ya para actuar con amor incondicionalidad, dignidad humana, compartir y recibir en balance, estar en condiciones de que mente estuviera sobre materia, comprender de distinta manera el tiempo y el espacio no lineal, ver que todo es uno y todo es bueno?

Creo que aún tenemos que aplicarnos un poco más antes de entrar en Israel que no es técnicamente una tierra sino un Estado de Consciencia.

Shabbat Shalom Comunidad

Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt Humanista - Coach

Imagen http://www.buenanueva.net/biblia/3-biblia3er_anio/3_8_porelDesierto.html