domingo, 8 de diciembre de 2024

Madurar


Estamos recorriendo la octava porción de la Torah cuyo nombre es Vayishlach que quiere decir "y envió".

En esta porción veremos a Jacob ya listo para confrontar a su miedo a su hermano Esaú, quien había jurado vengarse de él y de cómo hace para enfrentar este pendiente don su pasado. Esto sucede 22 años después de haber huido de su hogar.

Aquí te quiero pedir que recuerdes ¿Qué estabas haciendo tú, hace 22 años?

En el 2002, no debe ser tan difícil ubicar en dónde estabas, haciendo qué, con qué personas...¿Lo logras recordar? No dejes de hacer este ejercicio de recordarte en aquel momento, para que lo que sigas leyendo tenga más sentido personal en tu propia vida.

Ok, hace 22 años eras más joven si, pero también más inexperto. Tal vez tenías más impulso pero menos reflexión, no lo sé, depende de en qué etapa de tu vida estés. Yo por lo pronto, claro que me recuerdo batallando con cosas que ahorita hubiera solucionado en un tris tras, gente a la que les hubiera puesto un límite fuerte y claro, cosas que no me habrían angustiado tanto. La idea es que uno va madurando y siendo capaz de enfrentar retos más altos sin tanto esfuerzo, porque lo que tienes es experiencia.

Jacob desde que se vio obligado a salir de su tierra se tuvo que topar con Labán, su suegro, que era de estos maestros antítesis del maestro amable que te pone retos por tu bien y que mira con una sonrisa tus avances. No. Labán era el maestro espiritual que nos topamos que ni nos quiere, ni intenta poner fácil la misión. Ni siquiera lo ve como que te está ayudando en algo, más bien quiere ver qué tanto dejas que abusen de ti, que tanto puedes aguantar o qué tanto te pueden sacar ventaja de alguna manera.

Labán era adverso, ventajoso, engañoso, abusivo...Y Jacob a pesar de todo prevaleció y pudo prosperar con él, imagínate el "gimnasio espiritual" de estar con alguien que sabías que mentía un día sí, y otro también, que tenía estratagemas para salirse con la suya a como diera lugar...eso te obliga a volverte más inteligente, más astuto, menos inocente y naíf, porque no sé por qué, muchos tenemos la creencia de que mantenerse así de inexperto, de infantil, podría ser equivalente a mantenerse "bueno".

En la vida no se espera que nos quedemos niños para siempre. Es muy bonito conservar alguna cierta ternura, algunas ilusiones y capacidad de sorprenderte propio de aquel momento de la vida, pero lo que realmente se espera, es que nos volvamos buenos adultos, capaces de solucionar problemas complejos y de construir cosas nuevas a partir de nuestra experiencia.

Hoy mi mensaje es: acredita que has crecido y enorgullécete de ello. Da un tiempo para mirar cómo has aprendido de la vida y lo interesante que esto ha sido.

Si por alguna causa, no te sientes demasiado diferente del 2002 al 2024, te sugiero que te pongas manos a la obra YA para madurar.

La vida no es mejor siendo inmaduro, te lo juro.

Prana Raquel Pascual Mejía  - Psicoterapeuta Gestalt

Imagen https://llevatilde.es/palabra/madur%C3%A1r