Yosef murió y así mismo todos sus hermanos, y esa generación dejó el mundo físico.
Los hijos de Jacob y Yosef se multiplicaron y se volvieron gente muy poderosa viviendo en la Tierra de Egipto.
Sobre Egipto se levantó un
nuevo rey que se olvidó por completo de Yosef.
Dice el Midrash que en realidad era el mismo Faraón, pero que olvidó lo que había recibido de Yosef y su linaje.
El Faraón llamo a su gente y
les dijo que estaba preocupado porque este grupo de personas se había hecho grande y poderoso
y podrían aliarse contra ellos. Le dio miedo, así que decidió esclavizarlos y exterminarlos matando a cada primogénito que naciera de ellos.
Esto nos sucede en nuestra
vida cuando perdemos apreciación.
Reflexionemos: Tenemos apreciación por los
demás siempre y cuando siempre estén haciendo algo por nosotros, si un día no
cumplen, les reclamamos. Como si todo lo que pasó antes no existiera.
Cuando recibo una bendición
lo primero que tengo que hacer es tomar sentido de propiedad, es mío PERO es mío
para disfrutarlo y para compartirlo, pero no es mío para desperdiciar o para no
apreciar.
Perder la apreciación, es perderlo todo.
¿Que reflexionas para tu propia vida?
Prana Raquel Pascual
Coach de Vida y de Carrera
Basado en clase de El Centro de Kabbalah Internacional 2012
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