martes, 14 de febrero de 2017

Escuchar verdadero.

Uno e los mensajes más relevantes de esta porción llamada Yitro, es que nos explican nuestros Maestros que lo que hubo en él fue que tuvo la capacidad de escuchar.

Podíamos pensar que todos o la mayoría, si no tenemos un padecimiento físico de sordera, escuchamos.

Es trillado decir que oír y escuchar no es lo mismo, pero es importante decir que en este caso escuchar no es solo un acto físico y de atención a un estímulo sonoro, en realidad este escuchar tiene que ver con entender, que corresponde a Binah en el Árbol de la Vida.

Hace unos días, estando en un restaurante de buffet llegué a mi mesa con mis alimentos y al mismo tiempo llegó una mujer de algún país eslavo (por su idioma y físico así lo asumo) y vi su gesto descomponerse al ver que yo estaba tomando la mesa que estaba junto a sus amistades de ese mismo país seguramente. La mesa ya tenía mi bolsa y mis lentes en ella, por lo que yo no tenía duda de que la había ocupado yo primero, sin embargo esta mujer me empezó a reclamar en su idioma como podía, y algo noté en su gesto, a lo que esperé un momento a que llegara mi acompañante y le pedí que nos cambiáramos de mesa para dejársela a esta persona que reclamaba tan airadamente.

Su amiga, otra mujer con características similares se paró y me pidió casi en súplica "no no no no no", para que por favor no hiciera caso, ella se dio cuenta que quien había llegado después era su compañera y casi se me lanzó a los brazos para que yo no me moviera de "mi" mesa. Con ese gesto que hizo, quedamos prácticamente abrazadas, ella casi queriendo llorar para pedirme que no me fuera, una escena muy peculiar...cuando la tuve así de cerca, le alcancé a susurrar en el oído WE CAN SHARE (podemos compartir)...

Posterior a esto los amigos viajeros quedaron juntos, nosotros nos movimos a una sola mesa de distancia y todo en paz. Ellas me sonreían con simpatía.

Confieso que hubo un momento en que al oír sus reclamos tuve un asomo de impulso de quedarme, de de verdad no moverme, todos tenemos un ego que se dispara fácilmente, pero algo me pasó por la mente, escuché lo que de verdad movía a esta mujer a su desasosiego y esto era MIEDO.

Un país lejano sin hablar el idioma, quedando ella sola en una mesa apartada...su enojo no lo era en realidad, en realidad se escuchó miedo en su voz.

A veces me doy cuenta que debemos ser capaces de escuchar más allá de las palabras que es lo que de verdad mueve a los otros (y a nosotros mismos) a actuar. Generalmente serán motivos más tiernos de los que podemos creer, más dignos de un ser indefenso queriéndose sentir cobijado.

¿Has notado eso en tus interlocutores?

Ese es un escuchar más allá de las palabras, es escuchar una vibración de las cuerdas internas del ser, diciendo, "me siento solo", "tengo miedo", "estoy desorientado", "no me hagas daño"...

Muchas veces eso es lo que podemos escuchar, mucho más allá, de las solas palabras.

Si hoy podemos parar y tratar de escuchar estas notas en lo que sucede en nuestros compañeros humanos y nuestro entorno, quizás podremos tener un día más soleado y dichoso de como empezó.

Feliz día Comunidad

Prana Raquel Pascual
Psicoterapeuta Gestalt | Coach
Imagen
http://www.michmontreal.com/soul-based-listening/