Jacob es para mi gusto, el más humano de los tres grandes Patriarcas del Génesis.
Jacob como bien sabemos, tuvo que hacer un proceso desde el vientre de su madre ya enfrentando la pugna con Esav, hasta el final de sus días en Egipto pasando por ser el padre de las doce tribus de Israel, el secuestro de su hijo predilecto, la muerte de su amada esposa Rajel.
Jacob es quien de una forma u otra materializa la promesa que Di.os le había hecho a su abuelo Abraham de que de el surgirían tantos descendientes como las estrellas.
Le tocó trabajar duro para poder casarse con su alma gemela Rajel, antes tuvo que casarse con Lea. Su descendencia la tuvo con cuatro mujeres distintas:
Lea: Leví, Rubén, Shimon, Leví, Yehuda, Ysajar, Zebulun y Dina
Rajel: Yosef y Benjamín
Zilpá (sierva de Lea): Gad y Asher
Bilhah: (sierva de Rajel): Dan y Neftalí
Jacob tuvo que tener una vida de intenso trabajo, recibió como salario, cabezas de ganado a las cuales multiplicó e hizo fortuna e hizo afortunado a Labán su suegro, quien lo exprimió en todo su talento, pero al mismo tiempo lo desarrolló en lidiar con gente peligrosa y difícil como lo era este sujeto.
A veces en la vida, no somos del todo conscientes de cómo cierto episodio y ciertos personajes nos preparan para el resto de nuestra aventura terrenal. Ese fue el caso de Jacob de quien seguiremos hablando, pero veremos que efectivamente, es uno de los patriarcas con los cuales podremos tener más empatía porque es -para mi gusto- el más humano de todo ellos.
Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt
Imagen https://steemit.com/spanish/@frankcalvo/un-encuentro-entre-el-amor-y-la-paciencia