jueves, 29 de julio de 2021

El poder de la Shemá

 


Esta historia le he leído varias veces y siempre me conmueve. Hoy se las comparto. Habla de cuando después de la Segunda Guerra se buscó recuperar a los niños que habían sido separados de sus familias en ese episodio histórico. Hay varias versiones de esta mismo evento, hoy les comparto esta:

Concluyó la guerra. Se detuvo la máquina de exterminio nazi. Muchas asociaciones y centros de refugiados, se ocuparon de volver a reunir familias y registrar datos. Mas los desaparecidos, superaban en número, miles de veces a los que eran hallados. Lentamente, comenzaron a llegar noticias sobre los niños que fueron depositados en las iglesias. Se descubrió que gran parte de los chicos que se encontraban allí, no eran reclamados. Fue enviada una comisión integrada por los rabinos Silver y Gurfinkel desde USA y Gran Bretaña para tratar de devolver a estos niños al seno de su Pueblo.

Los rabinos se dirigieron al primer convento y pidieron hablar con la máxima autoridad. “Por supuesto que no nos oponemos que los niños vuelvan a sus hogares, a ver a sus familiares”. ¿Pero… cómo sabrán distinguir cual niño o niña es judío?  Nosotros no acostumbramos a señalar el origen o religión de los chicos.

“Pues la lista de nombres nos ayudará”, contestaron. “La revisaremos y aquellos que suenen como judíos, nos demostrará su origen”.  “No, no, no; ¡no acostumbramos a hacer las cosas así!”, dijo el cura. “Tenemos que ser detallistas al máximo. No es posible dejar ni una posibilidad de error. Exijo seguridad y pruebas fehacientes en un cien por cien, no menos. Tomen el ejemplo del apellido Miller. Ustedes dirán que se trata de alguno de origen judío.

Sin embargo, hay cientos de personas que se llaman así y no son judías. El mismo caso es con los Raijman o Daitch. Son apellidos populares de alemanes y polacos. No es posible liberar niños, por el mero sonido de un nombre. Los Rabinos intentaron convencerlo sin conseguirlo. “Solo permitiré que se retiren niños con la total seguridad de que son judíos”. ¿Qué hacer? La mayoría de los niños fueron separados de sus familias cuando eran muy pequeños y no podían recordar por sí solos sus orígenes ¿Documentos? Imposible encontrarlos después de semejante destrucción. Después de mucho conversar, el Padre les dijo que tendrían que identificarlos en tres minutos

A la mente de uno de los Rabinos llegó una increíble idea. “¿Podemos utilizar los tres minutos cuando queramos?” “Si” fue la respuesta. “Entonces, vendremos cuando lo niños se acuesten a dormir”. “A las siete en punto”, fue la respuesta del cura.

Cuando el reloj dejó oír las siete campanadas, todos los pupilos se encontraban, después de un pesado día, acostados en sus camas, ordenadas una al lado de la otra en el gran salón. Los Rabanim caminaron hacia el centro de la habitación. Uno de ellos se paró sobre un pequeño banquillo y esperó y entonces comenzó a pronunciar la oración:

“Shemá Israel Adonai Elokenu Adonai Ejad” (Oye Israel, Hashem es nuestro Di-s,  Hashem es uno). En un instante se oyeron murmullos de todos los extremos del salón. Vocecitas con llantos y palabras entrecortadas:  “Máme”, “Mámele”, “Mamá”. Cada niño en su lengua, buscaba a su madre. A ella, que unos años antes, en el momento de acunarlo y taparlo cada noche antes de dormir, y antes de darle el beso de “buenas noches”, le susurraban al oído estas palabras.

Los pocos segundos que cada madre dedicó noche a noche al acostar a sus niños, fueron los que los mantuvieron unidos a su pueblo.

La parashá de la semana pasada contenía el primer verso del Shemá, y el final de la parashá de esta semana contiene el segundo párrafo.

Feliz jueves Comunidad

Prana Raquel Pascual - Coach - Psicoterapeuta

Basado en https://www.enlacejudio.com/2011/08/04/el-shema-y-los-rabinos/

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