Los
israelitas veían a Moshé como un Dios, ellos necesitaban reglas, necesitaban a
alguien que les dijera qué hacer, necesitaban orden; ellos no podían vivir en
un plano en el que nada estuviera claro acerca de cuál era el siguiente paso y
qué vendría después. Por ende, el propósito del Becerro de Oro era tener algo
que les dijera qué hacer y creara algún tipo de orden o claridad para ellos.
Los israelitas no podían entender qué significaría vivir sin la presencia de
Moshé y sin nada que los guiara y les mostrara si algo estaba bien o mal,
tampoco podían vivir sin algo que los ayudara a controlar su naturaleza.
Pero las mujeres dijeron: “No. Quizá esta es una oportunidad para
liberarnos de nuestra naturaleza, que es realmente la razón del por qué estamos
en este mundo”, a lo que los hombres respondieron:
“Hay límites dentro de los
cuales queremos vivir, y sin Moshé necesitamos de algo más para crear esos
límites para nosotros, porque sin esos límites o barreras —llamados
‘naturaleza’— diciéndonos cuál es el siguiente paso y qué debemos hacer, no
sabemos cómo actuar, y tenemos miedo”.
Sabemos que los hombres no escucharon a las mujeres, construyeron
el Becerro de Oro y cayeron. Y en el Midrash,
con respecto a Pekudei,
Rav Eleazar dice que, debido a que las mujeres no quisieron que los hombres
tomaran sus joyas para construir el Becerro de Oro y les dijeron “No”, el
Creador les dio una conexión más grande con Rosh Jódesh que a los hombres.
Rosh Jódesh es el inicio del mes, de la Luna Nueva, y es la semilla de consciencia del cada mes, un
momento en el que podemos tener el mérito de recibir el regalo de la fortaleza
y la consciencia para liberarnos de nuestra naturaleza; por ende, dado que los
hombres cayeron y las mujeres ya estaban aceptando el hecho de que se
liberarían de los confines de la naturaleza, ellas recibieron una porción más
grande de la Luz del Rosh
Jódesh. Por ello, los kabbalistas enseñan que Rosh Jódesh es un
día que, en efecto, está más conectado con las mujeres que con los hombres.
La razón por la que estamos en este mundo no es para
vivir dentro de los confines de la naturaleza, sino para cambiar esa
naturaleza, romper con ella, sacrificarla.
Muchas veces habrás escuchado a la gente o a ti mismo afirmar "Yo soy así, y ni modo". La verdad es que esa aseveración va contra nuestro propósito en este Mundo. Afortunadamente tenemos la oportunidad de cambiar, de hacer ajustes, de volvernos alguien incluso aún desconocido para ti mismo en el mejor de los sentidos.
¿En quien quieres convertirte? Mientras estás vivo, esa oportunidad está vigente ¡¡No la perdamos ni un día de vida!!
Feliz miércoles Comunidad
Prana Raquel Pascual
Texto (e imagen) en itálicas https://www.michaelberg.net/es/articles/salirse-del-gui%C3%B3n