miércoles, 11 de noviembre de 2015

Miércoles 11 de noviembre de 2015, La relación del tiempo y el trabajo


Miércoles 11 de noviembre de 2015

¿Cuánto de nuestro trabajo lo hacemos con amor en nuestro corazón?

Karen Berg
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El tiempo es un recurso verdaderamente no renovable.

Muchas veces no nos damos cuenta porque a fin de cuentas, no vemos bien a bien la contabilidad, y nunca escuchamos un "ding" de mensaje en nuestro celular, anunciando un nuevo depósito de tiempo en nuestra chequera.

Como no sabemos con cuánto contamos, podemos pensar que es un recurso que aún tenemos disponible, pero en realidad, eso nunca lo sabremos con total precisión, al menos no en este nivel de consciencia, por lo que nunca sabemos si ya estamos a punto de quedarnos sin fondos o si todavía podemos considerarnos millonarios de tiempo, lo cual es difícil porque día con día gastamos, queramos o no, 24 horas.

El tiempo entonces se debe utilizar con más sabiduría que muchos otros de los recursos en los que posiblemente somos más fijados y más tacaños, por ejemplo el dinero, más sin embargo, el dinero es una energía en la que si caben muchos más ceros por unidad de minuto (para ponerlo en el mismo contexto que el tiempo y clarificar el punto): Un obrero no calificado, puede apenas quizás meter dos dígitos en la cifra pagada por su hora de trabajo, mientras que el señor Slim, el señor Gates, el señor Trump, meten más ceros a la derecha de la cifra que entra a su cuenta, aún estando dormidos. Su dinero ya está trabajando para ellos, no a la inversa. Y sin embargo, ni el genio más genio de las finanzas y el negocio, puede hacer transacciones en que los días sean genuinamente de 28 horas, aunque así se sientan en cansancio.

En lo que respecta al tiempo, sea o no sea una ilusión, omo bien nos explica la Kabbalah, sea o no elástico como nos lo propone la física, es una de las condicionantes del juego de la vida con la que tenemos que organizar nuestra partida. 

Estrictamente, un minuto sólo puede contener 60 segundos por unidad. Estrictamente.

No hay opción de que "me presten tiempo", me pueden extender un plazo, pero eso no quiere decir que el tiempo anterior no se ha descontado ya de mi cuenta.

No hay un equivalente a moneda, sea del tipo de cambio que sea, que equivalga a recibir más tiempo en mi vida.

El tiempo en sentido estricto, tampoco lo puedo "perder" puesto que bien o mal, cada segundo lo ocupo, para bien, o para nada, o incluso usarlo para mal, pero de que lo uso, lo uso. 

Lo puedo mal utilizar, porque el tiempo es el contador, es el equivalente a una vasija, en la que puedo manifestar, acciones, valores, dinero, felicidad, amistad, aprendizaje...lo que quiera y pueda. Todo lo que haga en este planeta, deberá estar enmarcado en este "contenedor" de veinticuatro horas al día. Muchas otras cosas, sí son multiplicables, y en ese sentido el tiempo será elástico, porque igual le pueden caber todos esos elementos a la vez, o estar completamente hueco, o incluso dar la impresión de insuficiente.

El tiempo es --para mi gusto-- un elemento fundamental para cualquiera que quiera demostrar maestría de vivir, o su falta de pericia en ello.

Ahora bien, aterrizando al tema del trabajo. Tu puedes pensar que tu trabajo actual realmente apesta. Ojo. Tal vez la percepción tiene muchos elementos que realmente le hacen ser deplorable. Pero muy probablemente, sea también un producto de tu percepción. Tal vez no es óptimo, pero tu visión al respecto lo puede estar volviendo aún más horrible. Pues bien ¿En que inviertes más tiempo de tu día, este recurso no renovable del que estamos hablando? ¿¿En trabajar?? Es muy probable.

Odiar a tu trabajo no mejora la situación. La mejora si tomas una decisión valiente y empiezas a generar otra manera de vivir y ganarte el sustento, y aún más que eso, otra manera de ser creador. 

Yo nunca recomiendo acciones desesperadas de abandonar por reacción ¿De cuando acá no hacer restricción sirve de algo bueno? 

Pero hacer mal tu trabajo mientras estás, hacerlo con desgano, sin pasión, sin ver que más puedes crear, sin ver que estás aprendiendo de ello, hacerlo sin PROPÓSITO alguno, eso si disminuye por default el valor intrínseco que le das a tu tiempo y a tu capacidad de hacer algo mejor con él.

Un trabajo que se hace con malestar, daña de alguna manera a la compañía, al cliente, al empleado, al objetivo de generación de bienes o servicios que va implícito, pero lo que haces contigo es más que temible: estás regalando la sustancia de tu vida a la Nada.

Y eso no pasa solo con el trabajo. Pasa con cualquier cosa que hacemos sin inyectarle vida y alegría.

¿Tu trabajo es horrible? OK. ¿Qué puedes hacer con ello? Nadie tiene la obligación de componer eso en tu vida. Este trabajo te da para vivir..., al menos hasta que estés listo para una transición, pero hacerlo mal, no afecta realmente tanto a tu jefe o al dueño, como te está afectando a ti ¿O tu que crees "chico listo"? ¿Qué alguien pondrá el reembolso de tu tiempo vital en tu recibo de nómina?

Hacer las cosas con cariño, con el corazón, con propósito, eso es lo único con lo que das verdadero valor a la unidad de tu tiempo-vida, y probablemente sea lo único que te genere el mérito de que se abran las puertas para mejores actividades y logros.

Te lo dejo a tu consideración. Nadie pero nadie-nadie, te puede reembolsar ni la más minúscula parte de segundo que tu no vivas con plenitud.

Es tu responsabilidad. De nadie más.

Prana Raquel Pascual
Psicoterapeuta Gestalt / Consultoría de Recursos Humanos / Coach