jueves, 19 de septiembre de 2019

Tres deseos Tres caos

Rosh Hashaná es un momento de estar consciente. Nos explican los kabbalistas que se determinan salud, prosperidad, hijos...ojo, aquí se determina cantidad, y en Pesaj se determina cualidad, y es que no podemos dejar de lado que tener no significa tener armonía. Recibir es una condición de la vasija desde que es creada, eso es lo que hace una vasija: contiene.

Rosh Hashaná es ese momento de construir deseo, de agrandar la posibilidad de recibir sin caos, ya que estamos re visitando el momento de la creación. De inmediato estaremos en posibilidades de reiniciar el primer libro llamado Génesis, el momento en que Adán y Eva estuvieron en el Edén, con la conciencia no corrupta por el deseo de recibir solo para sí mismo.

Hay tres deseos que podemos tener durante Rosh Hashaná: Prosperidad, Hijos Justos o Ruaj ha Codesh, que equivale a Visión profética, clarividencia o también llamado Inspiración Divina.

Reflexionando de porque especialmente son estos deseos, pienso que son escenarios creativos con enorme potencial para manifestar bienes y maravillas, o para entrar en una distracción inmensa de el mundo terrenal.

Si eres próspero, puedes ocuparte de inventar hermosas realidades y compartirlas, no estás angustiado  de como aparecerá el sustento de mañana, tu mente está libre para generar nuevas ideas, inyectar belleza, incluso buen humor. Hijos justos me parece una dicha de poder apoyar a que una persona reciba de nosotros lo mejor, tiempo de calidad, oportunidades, verlo desarrollarse con su propio potencial y ser más feliz por otro que por uno mismo. Inspiración divina es pensar en lo que antes no habías ni siquiera inaugurado, crear ideas, tener imaginación, visión de largo alcance, entender los nexos entre causa efecto y poder elegir lo más luminoso.

Pero si no están bien alineados esos conceptos, tu tiempo y tu atención, tu energía de vivir estará absorto en tratar de solucionar o en sufrir intensamente por su omisión. La sensación de carencia es demasiado potente para ignorarlas, un hijo descarriado contrario a lo que se piensa de una bendición, s una fuga permanente de energía, la felicidad parece huir de ese hogar. Falta de visión es vivir a la deriva, a al buena de lo que suceda, lo fortuito reina y el descontrol domina.
La energía creativa no tiene fácil expresión y más bien, es fácil perderla y dársela al Satán.

¿Qué reflexionas al respecto? ¡Donde necesitas enfocar tu atención? Hijos y Proyectos pueden comprenderse dentro de este mismo concepto.

Si tienes que escoger uno ¿Cuál eliges?

#preparacionpararoshhashana

Prana Raquel Pascual
Psicoterapeuta Gestalt & Coach