"Un niño nació en el seno de una familia rica de la ciudad.
Cada día, mientras crecía, recibía pan recién horneado en su puerta. Nunca
consideró cómo se hacía ese pan o de donde procedía; simplemente estaba ahí.
Un día, el chico viajó al campo a visitar a su primo. Allí
vio como el trigo se molía para transformar en harina, la harina en masa se
convertía en pan. Aunque este proceso no era completo, él pensó que sí lo era.
Hasta que un día vio a un granjero arando. Al chico le pareció que aquel arado
estaba dañando la Tierra. No entendía que esto formaba parte del proceso que
culminaría en que el trigo se convertiría en pan. Sin embargo, después de algún
tiempo coma el chico se dio cuenta de que el trigo crecía, y ahora, con su
nueva pieza de rompecabezas, vio el proceso completo a través del cual el pan
llegaba a su hogar en la ciudad.
A menudo la vida nos desconcierta porque no vemos el proceso completo. La clave es saber que existe un proceso mayor, aunque no lo veamos."
En la porción de Ki Tissa, vemos que cada israelita solo dio medio shekel para la construcción del tabernáculo, y esto sucedió así, para expresar y hacernos conscientes de que sólo vemos la mitad del proceso en cada momento.
Cuando estés en tu vida, pasando algo de malestar porque un proceso parece tardarse demasiado, complicarse inexplicablemente, tomando pausas que no entiendes, solucionando una y otra minucia, o solicitando cada vez más condiciones y condiciones, puedes simplemente frustrarte o puedes poner atención y suponer..."aquí hay algo del proceso que no estoy mirando o comprendiendo". Es posiblemente el misterio del proceso.
A veces no se manifestará de inmediato, pero usualmente en el futuro encontrarás la razón de porque las cosas han tenido que seguir ese proceso y muy seguramente si lo haces con consciencia, hasta lo agradecerás.
Shabbat Shalom
Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt
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Basado en La Biblia editada por El Centro de Kabbalah Internacional