Balak, el Rey de Moab, asustado al saber que el Pueblo de Israel
pasaría por sus tierras, le pide al hechicero Bilam que los maldiga para
debilitarlos.
Bilam consulta con Di.os y éste le dice
en sus sueños que no acceda a la petición del Rey Balak. Bilam se niega un par
de veces ante los emisarios del Rey, pero finalmente accede.
El hechicero monta su asna y se
dirige hacia un monte para maldecir al Pueblo de Israel. En el camino, la asna
se detiene al ver un ángel de Di.os frente a ella. Bilam no ve el ángel y se
enoja con la asna por detenerse y le pega. Milagrosamente la asna adquiere el
habla y le explica a Bilam que ha visto un ángel de Di.os y que por eso no puede
avanzar. Bilam levanta la mirada y logra ver al ángel.
El ángel intenta persuadir a Bilam
para que no maldiga al Pueblo de Israel, y le advierte que si lo hace, Di.os pondrá palabras de bendición en su boca.
Bilam no hace caso y continúa su
camino. Al llegar al monte intenta maldecir al pueblo, pero de su boca salen
bendiciones.
El Rey David dijo Quien tenga ojos para ver que vea...¿Te das cuenta que muchas veces vemos pero realmente no vemos? Asuntos que involucran a nuestro ego nos ciegan, temas que disparan nuestro miedo, nuestra inseguridad, nuestra rabia o rencor. Todo eso nos puede cegar y no es casualidad que hasta un burrito pueda tener la capacidad de mirarlo antes que nosotros e incluso hablar, darnos las mil señales de que ese no es el camino.
¿Estamos realmente abiertos a ver y a detenernos cuando es necesario o seguiremos ciegamente la voz de nuestro ego?
Shabat Shalom
Prana Raquel Pascual - Coach - Psicoterapeuta
Basado en texto de https://www.institutohebreo.cl/blog/?p=188
Imagen https://www.ngenespanol.com/naturaleza/burros-en-peligro-de-extincion-en-mexico/