domingo, 3 de marzo de 2019

La caída del ego


Hay una lección enorme que podemos aprender del Monte Sinaí, dijo Rabi Yoshi:

"Hubo una discusión entre muchas montañas y donde todas pedían que sobre de ellas se diera la revelación de los Enunciados. Había dos que eran especialmente grandes,  el Monte Tabor y el otro se llama Carmel, se despegaron de la tierra y fueron a discutir donde se llevaría a cabo la revelación de la Torah.

Querer que las cosas pasen para nosotros tener el reconocimiento o para nuestra conveniencia "solo porque si", es lo que llamamos tener "agenda personal".

Actuar sin agenda, significa querer que suceda lo que tenga que ser, de la mejor manejar posible; si no soy yo el elegido, no importa si es realmente para el bien común.

Esta semana quiero invitarlos a reflexionar en nuestra necesidad de tener protagonismo.

Al final el elegido fue el Sinaí que estaba ahí mismo y que no decía nada.

Salió una voz del cielo que dijo: claramente todos los que vinieron eran más altos y más lindos, y de hecho hicieron el esfuerzo de venir para ser parte. ¿Por qué el Creador no los eligió? Porque vinieron con orgullo y con ego.

Las montañas altas venían pensado en que eran mejores.

La caída del hombre es el orgullo y el ego.

Una persona que tiene orgullo y ego, no importa lo alta o elevada o exitosa que es, cuando se tiene ego, cae más bajo que la persona más baja.

Sinaí tiene el mismo valor numérico que HUMILDE.

Esta semana les invito a darnos a la tarea de observar lugares en los que tenemos orgullo y ansias locas de ser reconocidos.

Tengamos mucho cuidado porque no hay peor caída que la de un ego des-barrancado por sentirse superior.

Te lo digo a ti, para que yo también lo escuche, nadie piense que yo estoy exenta, al contrario.

Prana Raquel Pascual
Basada en clase de Vayakhel Pekudei 2012 El Centro de Kabbalah 2012

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