La rendición drástica
Generalmente vemos la rendición de una única manera. Por ejemplo, no sé cuántos de ustedes han visto la película “La vida de Pi”, pero en ella, el personaje principal se encuentra en medio del océano sin comida, agua ni lugar a donde ir. Al final, en medio de su desesperación, le dice al Creador: “¡De acuerdo! ¡Me entrego a ti! ¡Me rindo!”.
Ese es un tipo de rendición. Pero no es la rendición a la que yo me refiero. Hay otro tipo de rendición —rendición drástica— con la que podemos decirnos: “Estoy listo y dispuesto a hacer lo que sea necesario en mi trabajo para aprender a obtener elevación espiritual, aplicar las herramientas y no retomar los viejos hábitos de ser una víctima y decir que las cosas ‘simplemente ocurren’”.
Porque la realidad es que las cosas no ocurren simplemente “porque sí”. Las coincidencias no existen.
El tipo de rendición de la que hablo es tener certeza en que si hacemos las cosas con mucho cuidado y detalle, y hacemos también trabajo espiritual en un viaje espiritual, y de repente la vida nos trae cambios inesperados, debemos entender que el lugar en donde estamos es donde debemos estar en ese momento; ya sea por algo que hicimos cuando éramos jóvenes o en otra vida, o porque esa situación en particular nos ayudará a mejorar.
Rendición drástica significa tener certeza a pesar de la oscuridad. Tener certeza para saber que incluso cuando vemos o pasamos por dificultades como enfermedades, bancarrota, problemas familiares o cualquier otro inconveniente, podemos obtener la energía y perseverancia para decir: “Acepto y rindo mi ser ante el hecho de que la Luz del Creador me llevará de esta situación a una mejor”. Aunque no sepamos las razones de esta situación, nos rendimos con certeza.
Karen Berg
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El tema me parece interesante e importante, pero especialmente me parece que lo debemos de tomar desde una perspectiva de que la vida es dinámica, no estática.
Un momento o situación es simplemente un punto en el tiempo que no tiene porque permanecer idéntico bajo ningún concepto, porque eso no es lo que sucede con nada en este Mundo. Nada se queda igual por siempre, ni aún las cosas que parecen más inmóviles permanecen por siempre inmutables.
Recuerdo que hace unos años que fui a Marruecos y que dentro de la travesía estuvo como destino ir al desierto del Sahara. Experimentar el desierto fue una vivencia maravillosa por lo peculiar de tener la oportunidad de estar en un desierto de arena en que las dunas se levantan como paredes por sobre del nivel en que uno está parado (¡¡Incluso hay registro de que algunas de ellas pueden llegar a medir hasta 180 metros de altura!!) Y que prácticamente subirlas es escalarlas con los pies hundiéndose bajo tus plantas. Lo impresionante, es que algunas de esas mismas que hoy está ahí, pueden simplemente desintegrarse y trasladarse con el viento y aparecer a mucha distancia de ahí, a kilómetros como en una marea de material calcáreo.
Algo aún más impresionante es que la arena, no es solo roca pulverizada, sino que está formada por minúsculas partículas de concha y esqueletos de crustáceos, y no lejos de ahí puedes llegar a montañas de restos marinos de mayor tamaño, es decir, el desierto, fue parte del océano en algún punto de la historia, y ahora está completamente transformado, y que ahora aunque se le denomine de esa manera, en realidad no está "desierto" sino que se ha vuelto otro tipo de ecosistema, que alberga a otro tipo de vida y de dinámica, muy distinta a la que la originó.
Yo me pongo a pensar, si nada de lo que conocemos está estático, si todo puede tener este tipo de modificaciones ¿Porqué la vida de una persona con libertad de movimiento , de decisión y del albedrío no podría tomar otras dirección?
Creo que la vida nos coloca en situaciones lugares y con personas que en momentos nos demandan el tomar determinaciones nuevas o decisiones divergentes. Lo que creo es que nosotros podemos tener más opciones que el reino inanimado...pero hay que estar dispuesto a hacerlo.
Este rendirse del que habla Karen, es acreditar que este lugar es el actual y que tiene su razón de ser, pero de ninguna manera estamos obligados a creer, que ese el hábitat inmutable de nuestra alma.
¿Estás dispuesto a ser dinámico?
Feliz día Querida Comunidad
Prana Raquel Pascual
Psicoterapeuta Gestalt | Coach