MARTES 1 DE MAYO DE 2007
¿Qué hacemos con los empujadores de botones?
El desahogarnos verbalmente con alguien solo nos causa daño. Pero el mantener un diálogo interno de furia y desilusión también nos roba de tanta energía como expresarlo verbalmente.
¡¿Qué se debe hacer?!
Algunas veces es de vital importancia el distanciarnos un poco de esos empujadores de botones para así poder encaminar nuestra mente en una mejor dirección. Hoy, si te sientes enardecido, sal a caminar, cambia de escenario. Haz cualquier cosa que te haga cambiar la energía.
Prueba, verás cosas increíbles.
Yehuda Berg
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Digamos que en mi vida he conocido varias personas con esa capacidad de llevarme al límite de mi paciencia y hacerme sentir furia. Casi puedo decir que en momentos es un "fuera del aire", donde no hay manera de controlar si se desboca ese dragón. No mato ni destruyo cosas. Aprendí que después del acceso viene el remordimiento, la vergüenza y el malestar como consecuencia. Lo que hago -en el mejor de los casos-es mantenerlo lo más posible dentro de las fronteras de mi propia piel y esto quema, y cuando no me es posible mis palabras son dardos y no sólo los dirijo hacia afuera, muchas veces para no lanzarlos me los clavo en mi propia carne. Y es que todos tenemos nuestros puntos flacos, los innegociables, los que pegan en los tesoros más preciados de nuestro Ego.
He encontrado muy efectivo detectar con nombre y apellido a la gente a quien sigo otorgando el poder de sacarme de mis casillas y me voy preparando anticipadamente con una especie de capa protectora lista para no dar peso específico a lo que me digan o hagan. El sentido del humor también me ha ayudado y afortunadamente tengo un buen programa de risas instalado que acciono muchas veces que no tengo otra opción y a veces hasta he ganado amigos.
Sin embargo si creo que la opción de Yehuda puede ser la más efectiva en casos extremos. Restringe, toma distancia, desaparece y haz un acto de humildad. Tú, tan fuerte ACEPTA que al menos por hoy esta persona tiene más fuerza que tú (¡Ouch, eso duele Ego!), y hay casos en que quizás la separación debería ser más prolongada. Tal vez en otro momento de la vida, con
más trabajo de tu espíritu, más conocimiento de ti mismo y más madurez podrás reír de lo que antes demolía tus cimientos.
Con cariño,
Prana Pascual