miércoles, 29 de junio de 2022

Dime qué te ha dolido...


En la porción de esta semana, Jukat, leemos sobre la vaca roja que tenía el poder de limpiar todas las impurezas y formas de negatividad.

Aprendemos algo extraño en la porción de Jukat: el sacerdote que administraba el remedio de la vaca roja a los israelitas que habían alcanzado una negatividad extrema, como tocar un cadáver (la máxima forma de negatividad), se volvía impuro también. 

El sacerdote se infectaba con todo lo que afligía a la persona que él ayudaba a purificar. ¿A qué se debe? ¿Por qué en el proceso de purificación él se infectaba con la misma aflicción? 

La respuesta, dice el Zóhar, es que para poder purificar uno debe sentir el problema que quiere sanar. Si no puedes sentir el problema, entonces lo más probable es que no logres sanar a ese individuo. Tienes que ponerte en sus zapatos. Si no puedes hacerlo, si no puedes tener empatía total, entonces no deberías siquiera intentar ayudar. Va a ser inútil.

Esto es lo que nos dice el Zóhar: si queremos ayudar a los demás, nuestras posibilidades de tener éxito son muy pocas si no sentimos el dolor de esa persona.

Rav Berg

Esto lo leo, y se vuelve muy personal en mi profesión. No es que tengo que quedarme "pegada" en el dolor de mis pacientes en cada ocasión, pero definitivamente si tengo que entrar con ellos y tocar con mis propias vivencias similares para tratar de comprender desde lo más profundo que me sea posible, que les está pasando y porque esta situación les está doliendo tanto, y cuál es el mecanismo que les ha atrapado ahí. 

Ojo, por eso las personas dedicadas a esto deben haber trabajado sus problemas con anterioridad, no se trata de ser un ciego guiando a ciegos, sino un poquito con los ojitos que ya aprendieron a ver algo, puedas acompañar con dignidad pero con conocimiento de causa, cómo funciona el dolor emocional y cómo se atiende.

Igual un médico, si su paciente no le importa, si no hay algo que se vuelva un poco más personal, su medicina puede ser demasiado mecánica, una receta ya preconcebida. 

Incluso un investigador de cualquier ramo, tiene que sentir algo que lo vincule a la ciencia y tipo de problema que le absorbe día con día. 

Si no tienes una empatía por el problema que quieres ayudar a solucionar, es casi imposible que le puedas dedicar tu energía por años a tratar de solventar la situación y que lo hagas desde un lugar útil.

Dime qué te ha dolido más en la vida, y te diré donde puedes aportar más ayuda al prójimo.

Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt - Coach

Basado en https://www.kabbalah.com/es/articles/removing-chaos/

Imagen https://creatudestino.es/el-sanador-no-sanado/