martes, 14 de junio de 2016

Martes 14 de junio de 2016. Elevar a otros.

Martes 14 de junio de 2016

Como recordaremos, algo importante de este momento es elevarnos y elevar con nosotros lo que esté a nuestro cargo o alrededor.

A veces las palabras pueden resultarnos confusas ¿Elevarme? ¿A qué se refiere eso?

He aquí una historia que espero ayudará a clarificarnos.

Hemos oído hablar varias veces de el Baal Shem Tov, el Maestro de la Buena Palabra. Pues este Maestro tuvo muchos estudiantes, pero específicamente uno de ellos, un joven estudiante de Kabbalah le pidió que le permitiera conocer a Elías el Profeta.

El Baal Shem Tov le dijo, muy bien, quieres conocer a Elías, entonces vas a ir a un pueblo en donde vive una familia, que yo te indicaré, y vas a pasar con ellos la fiesta de Pesaj.

El estudiante sin dudarlo fue para dicha ciudad en esa fecha.

Al llegar, el estudiante se encontró con que se trataba de una familia muy pobre, la cual carecía de los recursos para hacer la fiesta de Pesaj con todo lo que requiere la cena, así que se fió a la tarea de que si ya iba a pasar con ellos esa noche, pues que no les faltara nada, Compró el vino, los alimentos, ropa para los niños, y compartió con esta familia esta noche especial.

Terminó Pesaj y el joven regresó a la ciudad donde estaba el Baal Shem Tov quien le preguntó cómo le había ido, a lo cual el joven respondió que muy bien, pero que el objetivo de conocer a Elías no se había cumplido.

Oyendo esto el Baal Shem Tov le dijo, vaya, pues entonces irás a pasar el séptimos día de Pesaj con ellos nuevamente, ahí podrás conocer a Elías el Profeta.

Así lo hizo el joven, volvió a recorrer la distancia para llegar y volvió a la casa de la humilde familia, y unos momentos antes de entrar, escuchó una conversación entre el padre y el mayor de sus hijos: Pero padre, no tenemos nada para celebrar el séptimo día de Pesaj, no tenemos vino, no tenemos carne...A lo que el Padre dijo, tranquilo hijo, viste que para Pesaj no teníamos nada para celebrarla y sin embargo vino el profeta Elías y nos confortó con todo, nos proveyó de cena, les obsequió ropajes nuevos"...En ese momento el estudiante lo entendió todo...¡¡El había sido El Profeta Elías esa noche para esa familia!!

Y es que en realidad todos podemos ser de ayuda para alguien más, sin ego, sin pensar que estamos quitándonos el pan de la boca o que estamos siendo mejores que alguien. Simplemente porque lo hemos recibido, ahora nosotros podemos darlo.

Feliz día Comunidad, a trabajar.

Prana Raquel Pascual
Psicoterapeuta Gestalt | Coach

Historia contada por Ariel Grunwald en clase de consciencia, Centro de Kabbalah Internacional
Imagen http://lll666.tumblr.com/post/18784516876