miércoles, 9 de julio de 2025

La ceguera espiritual

El día que un animal habló y quedó registrado en la Biblia - Revista Vive

Dentro de la historia de Balak y Bilaam hay un episodio muy conocido pero especialmente notable e importante en su mensaje.

Bilaam invitado por Balaak para ir a maldecir y debilitar a los israelitas, pregunta primero a Di.os si tiene aprobación para hacerlo, y la respuesta había sido NO.

Lo repetiré: Ya había sido NO.

Pero insistió. El ego de Bilaam si quería las recompensas y el reconocimiento que esto le reportaría en lo terrenal, e insistió. Di.os le permitió ir con la condición de que solo hiciera lo que Él le indicara.

En el camino, un ángel se interpuso en su camino, ya Di.os vió que la intención de Bilaam seguía siendo la de maldecir y de ganar la recompensa.

Lo notable de la situación es que él, el gran profeta, fue incapaz de ver al ángel en su camino, y fue su burrita quien lo pudo ver y desviarse del camino para proteger a Bilaam. Este al ir tan cegado en su ego, ni ve al ángel, ni ve la intención noble de la burra, lo cual desató la ira de Bilaam quien la empezó a golpear.

Aquí sucede una de las situaciones más particulares de la Biblia: un animal hablando.

La burra le dijo a Bilaam: “¿Qué te he hecho para que me pegues tres veces?” Luego agregó: “¿No soy yo tu burra, en la que has montado desde siempre? ¿Acaso alguna vez te he hecho algo así?” Bilaam respondió que no, y la burra le reprochó que lo estaba golpeando sin razón.

El episodio resulta desconcertante pero muy claro en sus mensajes:

La percepción espiritual no depende del estatus o el conocimiento: Balaam, a pesar de su reputación de profeta, estaba espiritualmente ciego en ese momento, mientras que su burra, un animal humilde, pudo ver lo que él no. Esto subraya que la percepción espiritual requiere humildad y apertura, no solo conocimientos o títulos.

Balaam estaba tan enfocado en su deseo de reconocimiento y recompensa que perdió la capacidad de percibir la voluntad divina y las señales a su alrededor. La historia advierte sobre el peligro de dejarse llevar por intereses personales y no por la verdad o la misión espiritual auténtica.


Aquí podemos reflexionar de la necedad con la que operamos ocasionalmente, de no querer escuchar porque no nos conviene (a nuestros intereses personales), o no nos gusta la respuesta que obtenemos porque nos frustra alguna intención personalísima; habla de que podemos llegar a ser incluso desagradecidos con animales y gente que solo ha sido positiva hacia nosotros en esos momentos de egoísmo. Habla de que hasta los animalitos están por encima espiritualmente de alguien que tiene esas intenciones destructoras y maliciosas y tercas.


Espero que esta lectura llegue a tiempo si estás cegándote ante algo que necesita de tu consciencia despierta.


Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt


Fuentes varias (El Centro de Kabbalah etc.)

Imagen https://revistavive.com/el-dia-que-un-animal-hablo/