viernes, 14 de noviembre de 2008

Atravesar barreras. Noviembre 14, 2008.

VIERNES 14 DE NOVIEMBRE DE 2008. Con frecuencia uso los términos Dios, Luz o el Creador. Algunas veces recibo correos de personas escépticas que piensan que en Kabbalah se le pide a la gente creer de manera pasiva en un Dios externo.

No es el caso.

La Kabbalah te enseña cómo experimentar la Luz dentro de ti mismo. La razón por la que hacemos énfasis en buscar dentro y encarar tus miedos, es porque éstos son las barreras que te mantienen fuera de contacto con esa parte eterna de ti mismo. Pon atención hoy a tus miedos. Observa qué tan a menudo aparecen, y date cuenta de cuán doloroso es convivir con ellos.

Yehuda Berg
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Haciéndo mi propia revisión, recuerdo que uno de los miedos que tenía desde muy chica era a la vejez. Pero no creas que un miedo normal, solía ser un pavor escalofriante, incluso mi abuelita a veces me decía "los jóvenes nunca piensan que van a llegar a viejos" y yo la veía con ojos de "¡tu no sabes como lo vivo yo!"

Afortunadamente la vida te va dando herramientas para manejar los temas, ya está en ti ocuparlas para superar las nubes de incertidumbre o de ideas descomunales de destrucción que pasan por las cabezas humanas y que tantas veces no son más que pesadillas que nunca llegan a manifestarse (BSD).

Durante el tiempo de estudiar la carrera una de las materias era "Gerontología" para la cual tuvimos que acudir a un asilo de ancianos y entrevistar a los habitantes del lugar. Este era un sitio de personas de origen europeo por la definición del fundador y estuvimos escuchando historias de un ayer situado en la noche de los tiempos.

La principal observación que logré captar fué la diferencia en la percepción a su propia vejez tenía que ver con la evaluación de la calidad de su propia vida. Nos tocó ver gente muy interesante que había vivido episodios de la humanidad en la que tuvieron mucha oportunidad de correr aventuras y ejecutar actividades trascendentales para su grupo, gente que había estado en la guerra incluso en actividades de espionaje o de la postguerra donde vivir en paz se había vuelto muy apreciado. Con ellos era muy divertido conversar y ellos mismos al revivir las memorias parecían adquirir nuevamente un aire de juventud. Había otros mucho más taciturnos y con una gran sensación de abandono que se contagiaba de sólo escucharlos hablar. Una tristeza profunda y desesperanzada.

Me di cuenta que no era propiamente miedo a la vejez sino miedo a tener una vida sin sentido y sin plenitud la que me causaba más pánico.

El reporte de esa práctica la entregamos en un cuento que terminaba con la frase siguiente:

"Haz de tu vejez un espejo que refleje la belleza de tu juventud"

Busca tu también la causa raíz de tu miedo y sé proactivo para erradicarlo. Tu vida será el espejo de tu propio valor de vivir en plenitud. =)

Shabat Shalom al salir la primera estrella de la noche. Besos.

Prana Pascual