viernes, 20 de marzo de 2020

El reto humano


En la vida no hay una clara división entre el blanco y el negro; la vida generalmente se revela en tonos de gris.

Los humanos tenemos una característica importante en nuestra naturaleza: tenemos que estar constantemente decidiendo, decidiendo, decidiendo dentro de ese inmenso espectro de posibilidades.

Y no nos es fácil, porque efectivamente, nos es imposible estar al tanto de todas las implicaciones y detalles que conforman "La Realidad", como sea que la comprendamos.

Parte de las condiciones con las que enfrentamos este mundo, es que dependemos mucho de nuestros cinco sentidos y de nuestra percepción limitada. Nuestra vista es limitada, nuestro olfato no se acerca ni poco al de los animales, nuestro oído menos. Esto sumado a que vivimos en un mar de "posibles significados e interpretaciones emocionales" que complica muchísimo las cosas...

Vemos lo vulnerables que somos a la influencia de nuestra sociedad, los susceptibles que somos a creer aún sin ver, si alguien nos dice las cosas con suficiente convicción o lo manda en un meme que parece "científico" o que nos envía alguien en quien confiamos, pero que está tan desorientado como nosotros mismos.

Tenemos muy poca tolerancia a contener y retener información que nos altera emocionalmente y tenemos que compartirla aún sin comprobar si es verdad o mentira. Creemos que "hacemos un bien"

Humanos: Nos asustamos por lo que vemos y de lo que no vemos, de lo que imaginamos, de lo que presentimos, de lo que cuentan, de lo que asocia nuestra mente, de lo que interpretamos.

La verdad es que somos seres que estamos en una posición complicada; no somos tan sencillos como los animales que pueden responder a simplemente a sus instintos, ni somos ángeles, que según lo que explican los Maestros son seres que no tienen que experimentar dudas porque todo les es diáfano ¿Cual es la duda si no hay nada que evaluar? 

Los humanos somos seres con la misión más difícil de todas: tenemos el reto de elegir como actuar, en una "realidad" que vemos súper parcial.

Por eso, no debiera ser opcional trabajar nuestra consciencia, sin embargo lo es, porque con el regalo del libre albedrío tenemos oportunidad de ser erráticos, de ser indecisos, de actuar imprudentemente, de ser reactivos.

¿Cómo lo relacionamos con la porción de la Torah que nos toca estudiar esta semana? 

Se dice que el Tabernáculo tenía que ser de oro por dentro y por fuera, y con esto se comprende que nosotros los humanos debiéramos de ser también de una pieza, íntegros en nuestros criterios.

Por supuesto que ahora nos podemos preguntar ¿Íntegros con respecto a qué? Bueno, para eso existe el PRINCIPIO ESPIRITUAL: "Ama a tu prójimo como a ti mismo" que se deriva también en "No hagas a otros lo que para ti es desagradable".

Estos dos principios cubren una inmensa gama de nuestras posibles decisiones:

Si no me gusta que me generen miedo...yo no genero miedo con aseveraciones que no tengo comprobadas. Si no me gusta dudar, procuro ser claro con mi comunicación hacia otros y no "administrar" la información a mi conveniencia. Si me gusta que otros consideren mis necesidades, yo considerar las de ellos. Si no me gusta que me contagien, yo no hacer conductas que ponen en riesgo a otros.

Ya sé que no es fácil, pero es estar abierto a reflexionar antes de actuar ¿Me gustaría que me trataran así?¿Me gustaría ver a alguien haciendo esta irresponsabilidad en mi propia casa? ¿Me gusta que me mientan? ¿Me gusta que me pongan en riesgo? Entonces YO NO LO HAGO.

Se que es complejo pero practicar todos los días con ellos lo hará más fácil cada vez.

Si no volvemos al PRINCIPIO BÁSICO, cada decisión será un parto y seguiremos vulnerando-nos unos a otros.

Shabbat Shalom hoy cuando sean visibles las primeras tres estrellas en el firmamento.
Prana Raquel Pascual
Coach de Vida y Carrera | Psicoterapeuta 
Basado en lectura de la Biblia Kabbalista
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