El Séptimo Día de Sucot se conoce como Hoshaná Rabá, una apertura cósmica en la que la Luz es siete veces más poderosa. Todas las bendiciones escritas en la historia de nuestra vida en Rosh Hashaná, Yom Kipur y Sucot se manifiestan en estas veinticuatro horas.
El Zóhar enseña que la energía de Hoshaná Raba nos da la capacidad de conservar nuestras bendiciones en el año venidero. Si algo de naturaleza negativa se abrió camino en el guion de nuestra vida para el próximo año, Hoshaná Raba nos ofrece una última oportunidad para cambiar nuestra conciencia y bloquear cualquier juicio que venga hacia nosotros.
Al permanecer despiertos toda la noche —y participar en una antigua práctica kabbalística que consiste en leer nuestras sombras (Tzelem) a la luz de la Luna— podemos poner fin a las fuerzas de la negatividad en nuestra vida y en nuestro mundo.
Es interesante porque la idea es proyectar nuestra sombra (utilizando el brillo de la Luna) en una sábana blanca que se coloca en el suelo y un maestro la examina a manera de observar que venga completa, que no haya fallos ni faltas en la energía para la totalidad de nuestros cuerpos físicos, si no lo estuviera, tienes hasta el amanecer para realizar aún teshuvá, es decir, actos de contrición, meditar en las correcciones y conexiones que pudieran faltar.
Esta noche, antes de esa lectura de sombra, se lee la Torah, de inicio a fin. Un jasán es el responsable de la lectura como tal pero hay muchos hombres más apoyándole en la misión, guiándolo, corrigiendo cuando es necesario y sosteniendo un tefilim en su cabeza durante todo el proceso. Es un trabajo duro, pero estoy clara de que es así como nos entrenamos para hacer cosas difíciles que rompen nuestro ego.
Hoy durante todo el día y hasta la noche es el séptimo día de Sukkot, es la totalidad de los siete días que hemos estado bajando la Luz de Misericordia para todo el año.
Publicado por Prana Raquel Pascual Mejía - Psicoterapeuta Gestalt - Coach
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