Los sabios nos dicen que
antes que el alma abandone los Mundos Superiores, se presenta ante el Creador y promete seguir el camino espiritual y alcanzar la transformación. Sin embargo, la atracción perpetua del mundo material es tan poderosa que podemos olvidarnos de nuestro verdadero propósito en la vida, y sucumbir a los engaños seductores de la existencia física. El poder, la fama el prestigio, la riqueza monetaria y la auto-indulgencia son incentivos poderosos que lideran cada vez más a nuestro codicioso ego.
La luz de esa porción nos ayuda a ser fieles al compromiso original de nuestra alma.
Cuando el alma está preparada para descender a este mundo, Di.os le hace jurar que llevará a cabo los preceptos de la Torah y sus peticiones. Y Él le da a cada alma cien llaves de bendiciones para cada uno de los días, para que así pueda completar los niveles celestiales que alcanzan el nivel numérico de Lej Lejá (traducción "Vete") que equivale a 100. Todas ellas se entregan al alma para que pueda cultivar el jardín, que es la Nuvká, cultivarlo y cuidarlo.
"Tu país es El Jardín del Edén".
Feliz martes Comunidad, ¿Tu aún recuerdas tu promesa?
Prana Raquel Pascual
Texto: La Biblia Kabbalista editada por El Centro de Kabblah Internacional.
Imagen https://www.mujerde10.com/mi-espacio/detalles/decora-y-dale-estilo-a-tus-llaves/2015/06/
