Los kabbalistas explican que los ángeles son seres únicos cuya esencia entera y Luz provienen únicamente de sus acciones. De hecho, los ángeles no tienen nombres; sus nombres o esencia dependen del mensaje o la acción que el Creador les está encomendando que realicen.
Cuando el Creador envía a un ángel a llevar sanación, el ángel se
convierte en un ángel de sanación, o cuando el Creador envía a un ángel a traer
sustento, el ángel se convierte en un ángel de sustento. Y gracias a eso, el
ángel obtiene su conexión y su nombre.
Así que, mientras los ángeles realizan sus acciones, su Luz proviene de la tarea que están manifestando para el Creador. Pero ¿Qué hay de los ángeles que están esperando a que se les asigne un trabajo? ¿De dónde obtienen su Luz o su esencia?
Los kabbalistas explican que la Luz que necesitan
proviene de la consciencia de sus deseos, de la disposición que tengan para
realizar lo que el Creador desea que hagan. Por ende, existen dos tipos de
ángeles: aquellos que están actuando de acuerdo con los deseos del Creador,
manifestando Luz y bendiciones en este mundo, y aquellos que están a la espera
de sus asignaciones, obteniendo su esencia del hecho de esperar y desear hacer
lo que el Creador quiere que hagan.
Los kabbalistas dicen que hay cuatro cosas que hacen que un ángel sea un ángel: que esté listo, preparado, de pie y deseando hacer lo que el Creador quiere que haga. Con eso podemos entender lo que significa convertirse en un ángel.
Existen, como dijimos
anteriormente, ángeles de acciones; las personas justas están conectadas de esa
manera. Pero existe otro cambio en la consciencia que puede ocurrir y que puede
convertir a una persona en un ángel: cuando la persona alcanza verdaderamente
la consciencia en la que está de pie, dispuesto, listo y deseando hacer lo que
sea que el Creador quiere que haga, cuando está dispuesto a anular
completamente cualesquiera de sus propios deseos egoístas, entonces obtiene el
nivel de un ángel.
En Rosh Hashaná, la Luz y las bendiciones fluyen hacia el colectivo, lo que se conoce como kenéset Yisrael; pero nosotros somos parte de ello. Actualmente estamos en estado individual, separados del colectivo. Para obtener la entrada y recibir la abundancia de bendiciones que están garantizadas a fluir hacia nosotros en Rosh Hashaná, tenemos que merecerlo o, para aquellos de nosotros que no hemos completado nuestro proceso de teshuvá, tenemos que convertirnos en ángeles en la consciencia.
El Midrash nos dice que en Shabat Nitsavim (la porción de esta semana) el Creador nos
da la apertura para convertirnos en ángeles de consciencia. Hacemos esto al
demostrar que sabemos que, sin importar lo que suceda, todo proviene del
Creador y como tal lo aceptamos con alegría, porque es lo que el Creador quiere
de nosotros.
Feliz martes Comunidad
Texto e imagen: https://www.kabbalah.com/es/articles/becoming-an-angel-of-consciousness/
Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta - Coach