viernes, 26 de julio de 2019

Un silencio sabio


Los seres humanos somos también conocidos como hijos de Adán (Ben Adán), a quien conocemos como "el primer hombre". Sin embargo, recordemos que este texto, la Torah, es un código, no un libro científico de divulgación, por lo que muchas cosas, evaluadas desde una perspectiva crítica bajo esa concepción, nos puede generar más dudas que soluciones, por ello, no olvidemos que nosotros lo que queremos es entendimiento de este código que involucra todo, pero hay que razonar.

El concepto de hombre desde la perspectiva espiritual puede hablarnos de un ser con conciencia, ya no un pre-homínido instintivo, sino alguien que se encontró con una idea de ser "un alguien" creado en un mundo que no era de su invención.

Luego entonces, entendiendo una Universalidad y un Orden en el que vivía, pero sin reconocerse como el inventor, es una hipotesis sensata, que tenía que surgir la idea de una Entidad Creadora Superior, un Creador.

Partiendo de ahí, pensemos en este ser que de pronto comprende que es un individuo, pero que hay algo más alto que él mismo, debió de sorprenderse sobre manera.

Pues bien, somos descendientes de este ser, con un cierto nivel de conciencia en el que el no ea el uno, sino por lo menos el dos. Un nivel inocente de la conciencia humana ¿No crees? Pero al toparse con los estímulos de este mundo, no era difícil equivocarse, por el contrario, era lo esperado.

Así que nos dicen que aunque Eva fue la primer mujer, probablemente no era la única...de hecho esa es la idea.

Sabemos que Adán y Eva después del evento de haber comido del fruto de Árbol del conocimiento del bien y del mal (otro código), se separaron por muchos años, así que nos dicen nuestros maestros, que él estuvo teniendo relaciones con más "hembras" o simplemente desparramando su semen en la tierra sin tener realmente vasija.

"No tener vasija" es como hablar sin conciencia, servir té sin taza, emitir luz sin pantalla que la devuelva y la haga brillar. Tirar semilla a la piedra caliza, es poner tus recursos donde no pueden fructificar o al menos no de manera sana, quizás si surgirá mala hierba.

Eso hizo Adán, malgastó semen durante 130 años sin vasija, lo cual fue mucha energía, mucha Luz que empezó a ser controlada por las klipots, es decir por la negatividad, y de ahí salimos los llamados "hijos del hombre" o también llamados “los que hablan”.

Para fines prácticos y sin un compromiso científico de exactitud, trabajemos con el concepto que puede servirnos: Hablar sin Pensar, es una imagen clara de desperdiciar semilla sin vasija, hablar a quien no tiene deseo de entender, es derramar semilla buena a tierra yerma, trabajar para alguien que no aprecia las ideas de otros, es tierra in fértil.

Hay muchas maneras de caer en la idea de desperdiciar semilla.

Piensa cómo es que tu inviertes tu Luz, y si lo estás haciendo en el lugar correcto. 

Palabras dichas en un contexto que no lo comprende o lo puede usar para mal, es mucho peor que elegir un silencio sabio.

Shabbat Shalom al llegar la noche

Prna Raquel Pascual
Psicoterapeuta Gestalt & Coach