Estamos en la víspera de Pesaj, una de las ventanas de cambio más importantes del año.
Pesaj se identifica como la salida de el pueblo hebreo de Egipto, mismo que sabemos que fue con la ayuda de Di.os.
Hay muchos eventos a lo largo del año, normalmente podremos entender el calendario anual como una serie de múltiples oportunidades para cambiar nuestra consciencia y por tanto nuestro destino, y aunque todas son importantes, esta es especialmente conocida porque atendió a la necesidad de ser ayudados de haber caído profundamente en la inconsciencia y el automatismo que este mundo nos puede llegar a imponer. Cuando vemos las dificultades de este mundo, es muy fácil que nuestra atención sea tomada y nuestra certeza de que este mundo es ilusorio y que nuestros problemas son solo nuestra oportunidad de revelar la luz del potencial que puede redundar en maravillas.
Ayer reflexionaba al respecto. Sabemos que en estos días lo indicado es hacer limpieza de algo que identificaremos como Jametz.
Técnicamente el Jametz es cualquier pedacito de levadura, sin embargo la limpieza y el jametz abarca un término espiritual mucho más amplio: equivale a todas las moronas de ego que vamos dejando que se nos adhieran. Tristezas pasadas que no hemos podido acabar de digerir y comprender su sentido, miedos que arrastramos generacionalmente, traumas de eventos que quizás necesitaron ser intensos para ofrecernos una puerta de salida.
La verdad es que limpias afuera pero buscas adentro.
¿Qué encuentras de ti mismo que te tiene paralizado en el tiempo? Como si algo te hubiera hecho estacionar y comenzar a vivir una y otra vez la misma historia, las mismas emociones ya rancias. ¿Qué te hizo perder la inspiración y la ilusión de una vida que acepta la novedad?
Hoy por la noche, se hace una ceremonia singular. Se apagan las luces de casa y se emprende la búsqueda simbólica del jametz. Diez piezas de levadura que se envuelven en papel de estaño para ya no contaminar más la cas a con levadura, y se van buscando y encontrando de manera de llevar a cabo la acción de identificar eso que hemos estado encontrando durante nuestras meditaciones de estos días de Aries.
Al anochecer del 14 de Nisán, buscamos los pedazos con una vela encendida. Esta búsqueda no es solo para encontrar el pan, sino para encontrar nuestra negatividad oculta. (Escondemos diez pedazos que corresponden a las séfiras del Árbol de la Vida).
Antes de comenzar la búsqueda,
y después de que los diez pedazos hayan sido encontrados, recitamos oraciones
(desde la página 19 hasta la página 21 de la Hagadá). *Apartamos los diez
pedazos de pan y la mañana siguiente, antes de las 10 a. m., los quemamos. En
este momento limpiamos completamente todos los deseos egoístas que permanecen
en nuestros pensamientos.
Con la ayuda de Di.os, que encontremos lo que nos paraliza y nos ha sumido en la materialidad excesiva de la experiencia humana.
Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta - Coach
Imagen https://www.mesianicaorjaim.org/or-jaim-blog/diaanteriorapesaj-kzpe5
