domingo, 30 de enero de 2022

Permitir el milagro

 

En esta semana leemos la porción de la Biblia llamada Terumah. 

La porción de Terumá comienza con HaShem indicándole a Moisés que recopile de los israelitas los componentes necesarios para construir un Tabernáculo de acuerdo con las instrucciones dadas en el resto de la porción.

“Y construyeron un Tabernáculo y Yo habitaré dentro de ellos”. 

Si bien se nos dan las instrucciones para construir un Tabernáculo en el mundo físico, lo que se discute en el Zohar es la construcción metafísica del Tabernáculo y el Templo dentro de nosotros mismos. 

El Tabernáculo físico es una herramienta para atraer energía a nuestro mundo físico. El Tabernáculo dentro de nosotros es el camino para que atraigamos la Luz del Creador a nuestra vida. Para que tengamos un Tabernáculo, un Templo dentro de nosotros, debemos tener un corazón abierto.

Un corazón abierto no está anestesiado, un corazón abierto está dispuesto a atravesar el umbral del dolor para conocer al amor verdadero, la plenitud de la vida y la capacidad genuina de compartir y ver por alguien más que no seas tan solo tú.

Un corazón abierto es temible porque sabes que no eres inmune ante la vida...pero si quieres serlo, si quieres que nada en tu vida "te toque" ¿Para qué estás aquí? ¿Para qué tu alma se encarnaría en un cuerpo adaptado para sentir?

Por eso vivir no es solo leer, no es solo pensar, vivir es experimentar y eso no se puede hacer sin arriesgarse.

Los humanos somos manifestaciones especialísimas de la potencia de la Luz.

Si, da miedo, pero el contrato de estar en un mundo tan lleno de maravillas implica atravesar los matices, no corras y ni te distraigas tanto, no apures tanto el beber el día, porque ir detenidamente sintiendo te ayudarán a desarrollar la sensibilidad y la maestría del Amor. 

La Luz espera descansar en ti y hay que estar atento para permitir el milagro.

Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta - Coach