MARTES 20 DE MAYO 2008. ¿Alguna vez has tomado prestado el carro de un amigo? Estoy seguro que fuiste en extremo cuidadoso para no dañarlo, lo parqueaste con suficiente espacio para que no tuviera rayones ni abolladuras, le llenaste el tanque de gasolina, y te aseguraste de no regar nada sobre la cojinería.
¿Te imaginas si durante todo el día mantuvieras el entendimiento de que tú eres material en préstamo? No debería ser tan difícil de imaginar ya que, espiritualmente hablando, tú estás en préstamo.
".feliz es el hombre que devuelve el depósito (es decir, el alma) al Creador como le fue dado, es decir, sin daño alguno." Aprecia el gran regalo que está bajo tu cuidado hoy (el regalo eres tú). Trátalo bien. Ámalo. Y úsalo de la mejor manera al compartir con otros.
Yehuda Berg
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Hace algún tiempo tenía un amigo muy querido, de esos que son tus hombros para llorar, el mejor lugar para ser quien eres sin ningún fingimiento, la risa más sencilla y menos pretenciosa. Siempre teníamos alguna manera nueva de denominarnos por lo unidos que eramos, algo así como un duo dinámico. Probablemente pocas personas me conocían tanto como él porque tenía la característica de que no importaba la nube negra que se posara en mi cabeza, el jamás hacía uso de ello en mi contra ni levantaba juicio sobre ninguna de mis debilidades -las cuales conocía a la perfección- Realmente era alguien que siempre encontraba el espacio para misericordia hacia mi en su corazón, aún en mis días más aciagos.
Algo que aprendí de este amigo es que siempre me impedía inflingirme en mis propios juicios malévolos hacia mi misma. Siempre que se me ocurría emprenderla, no había nadie que se molestara más de que pudiera "maltratarme" así que, de alguna manera, yo veía que el sufría de ver lo poco compasiva que era hacia mi propia persona, así que empecé a corregir poco o poco y aunque sigo sin ser una "pera en dulce" conmigo misma, ya me veo con mucha más bondad que antes gracias a él.
Sé que seguimos siendo tan cercanos como siempre aunque ahora vivimos muy lejos el uno del otro, pero si pudiera, le diría cuánto le agradezco que me haya enseñado a no ser tan estricta conmigo misma.
¿Te ha pasado? ¿Has llegado a ser tu peor juez? Si es así, lo que mejor deseo es que encuentres a alguien que te enseñe a ver desde la bondad de sus ojos que si mereces perdón...ya sea alguien que te aprecie o no importando si ese "amigo" está todos los días viéndote desde tu propio espejo. Lo importante es aprender.
Quierete más.
Con cariño,
Prana Pascual
