miércoles, 5 de noviembre de 2008

Comentario / Las cosas que ves. Nov 4 2008

Hoy no hemos recibido la Afinación de Yehuda Berg...¿¿Cómo se extraña no??

Pero quiero compartirles algo que he estado pensando a partir de mis clases de la semana pasada en la que estudiamos Noah, la porción de la Torah en la que habla acerca de Noé, el Arca y el diluvio.


Esta reflexión me viene a la mente por las cosas que he estado viendo que suceden a mi alrededor. He estado viendo en gente cercana a mi, enfermedades, depresión, explosiones de enojo, incluso en la ciudad ayer tuvimos un evento muy lamentable de un jet que estalló justo encima de la zona de Reforma Lomas en la Cd. de México y que por tanto causó muchos percances de heridos, varios muertos y por supuesto un caos generalizado durante toda la noche.


Retomando la historia de Noé, todos sabemos que en aquella época la humanidad se había corrompido mucho, tanto, que D-os decidió terminar con ellos. El único que Él consideró que tenia el mérito de ser salvado era Noé y su familia, así que como sabemos le pidió que construyera una Arca y que trajera una pareja de cada especie animal para subirlas a ella.


La historia trascurre como la sabemos, sin embargo hay un detalle importante en ella, un punto para reflexionar en nuestras propias vidas.


Noé cumplió cabalmente con todas las instrucciones, de hecho trató de influir en otros para que cambiaran, sin éxito. El día que empezó a llover -literamente y nunca mejor aplicado- a diluviar, el fué el último el subir al Arca, de hecho se quedó en tierra hasta que estaba casi cubierto por las aguas y tuvo que ser jalado hacia arriba de la embarcación. Se dice que Noé era un justo, y que por eso salvó la vida, más sin embargo también se dice que hubo algo en lo que después tendría que corregir. ¿Qué error pudo haber cometido?


Básicamente, el había escuchado la instrucción de D-os, la había seguido al pie de la letra, más hubo una omisión...ya habíendo empezado el diluvio, viendo y sabiendo cual sería el destino de la humanidad, fué incapaz de rezar y rogar a D-os porque los salvara, por que no lo hiciera, de luchar por cambiar el decreto divino...


¿Sorprendido? Si, le faltó pedir clemencia para la humanidad, por eso se sabe que el después en una posterior reencarnación vino como Moisés, quien literalmente estuvo dispuesto a morir y a ser borrado de todos los libros, con tal de que los israelitas que el guiaba fueran salvados.


Ahora pienso yo, ¿Qué nos toca a nosotros hacer cuando vemos los desastres y los problemas que enfrentan a nuestro alrededor? Quizás tu estás bien, o enfrentando algo, pero a tu alrededor no todo está en armonía ¿Qué nos toca hacer a nosotros por el sólo hecho de estar testificando los sucesos que están dentro de la película de nuestra vida?


Nada se presenta ante nuestros ojos o nuestra conciencia sin ningún fin...¿Cual sería nuestra acción a tomar para decirle a D-os que queremos reestablecer el orden?


Yo me lo pregunto a mi misma y me pongo a pensar, no me puedo quedar callada ni inmóvil viéndo el sufrimiento de el mundo. Debemos despertar...¿Qué acciones puedes hacer para mostrar a D-os que te importan todos los demás?


Piensa. Que esfuerzo toca que cada uno de nosotros hagamos para reestablecer la Luz en el mundo? ¿Orar, trabajar organizadamente con un grupo de apoyo a gente que lo necesite, participar en educación espiritual de los niños, generar conciencia en otros invitando a hacer un trabajo espiritual? Toma decisión y acción. Busca que tus acciones revelen Luz que impida que el caos siga tomando por asalto la vida de los seres humanos.


Mucho cariño,

Prana Pascual