MARTES 8 DE JULIO DE 2008. A pesar de la agonía de ver el sufrimiento de un amigo o ser amado, queremos recordar siempre el principio kabbalístico: no hay coerción en la espiritualidad.
No podemos forzar nuestras opiniones sobre los demás aunque pueda que pensemos que es para su beneficio. No somos los policías del Creador. Solo podemos compartir con un corazón abierto y dejar que la Luz se encargue del resto.
¿Hay alguien que viene a tu mente al leer esto hoy? ¿A quién estás coaccionando para creer, hacer o decir lo que tú piensas que es correcto?
Yehuda Berg
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Durante mi vida he tenido una gran maestra de el respeto al libre albedrío: Mi mamá.
Mi mamá me cuenta que desde la vida intrauterina, ella soñaba con una hija que fuera independiente y capaz de cumplir sus propósitos, así que desde chica me ponía frente a la circunstancia de elegir "Vainilla o Fresa" "De que color lo quieres" "Pantalón o Falda"y me explicaba todo, no me decía que no solamente porque sí, sino que invertía su tiempo en decirme las consecuencias de cualquier cosa para que yo evaluara.
Después de esta educación, cuando se manifestó más mi personalidad, digamos que se dedicó a acompañar, aún cuando quizás algunas de mis decisiones pudieran parecerle bien o mal, fué una gran promotora de la libertad de elección.
Pero claro está, a veces tanta libertad atemoriza. la que uno tiene y la que uno observa en otros.
Es importante recordar que nadie sabe realmente donde está "El Gran Bien" para la persona que está frente a nosotros, quizás lo que para mi es impensable a otro le traiga la mejor oportunidad de crecimiento en su vida, así que cabe desarrollar la humildad de asumir el derecho de cada quien de administrarse a sí mismo, dejarlos tranquilamente caminar con sus propios pies, tropezar con sus propios obstáculos, pensar con sus propias cabezas y ganarse a pulso con su propio esfuerzo "La corrección nuestra de cada día". =)
Cariño!
Prana Pascual
