jueves, 21 de diciembre de 2017

Reshimó, una reminiscencia

La Luz quiere darnos más, de lo que nosotros queremos recibir.
La esencia de la Luz es compartir ¿Porqué entonces no puede darnos lo que queremos cuando lo queremos?
Porque no tienes la vasija suficiente.
Hay que entender esto: La Luz no cambia, su naturaleza es inmutable, su esencia es compartir: Dar, Dar Dar. Esa es su naturaleza, Impartir.
¿Porqué entonces sentimos que a nosotros no nos está tocando recibir? 
Puede ser algo como que se nos manifieste nuestra pareja idónea, puede ser que se nos manifieste él éxito que tanto buscamos, puede ser la salud, o cualquier bendición que queramos imaginar.
No tiene realmente que ver con la Luz, sino con la capacidad de la Vasija, es decir, con nuestra capacidad de Recibir.
Ruth menciona algo revelador para mi (y espero que para ti también) en su clase de Vayigash de 2014: habla de un concepto llamado Reshimó, que es algo similar --para poder comprenderlo-- a la esencia que queda en la taza de café una vez que la hemos terminado. Queda el aroma, queda quizás un poco del color, queda una impresión de ese café...pero ya no hay café. 
Es algo que experimentamos como una reminiscencia, un recuerdo impreciso de una imagen del pasado que viene a nuestra memoria.
Recuerdo cuando era mucho más joven, (y aún me pasa con varias cosas al día de hoy), una sensación de ansiedad, casi angustia o tal vez nostalgia, de cosas, que aún no había tenido ni siquiera tiempo de vivir, una especie de anhelo de vivir cosas hermosas, de paz, de amor...algo que superaba cualquier vivencia real que hubiera tenido hasta ese momento.
Recuerdo que a veces lo experimentaba con mayor fuerza, era justo cuando veía las luces de un árbol de navidad en un cuarto a oscuras, o viendo el cielo estrellado mientras estábamos junto a un fuego, algo de mi tenia esta sensación vaga entre ilusión y desasosiego.
Eso es como yo identifico en mi el reshimó, una idea de algo que puede ser aún más hermoso, aún más pleno de lo que estaba consiguiendo en la vida real.
¿Y de donde viene ese Reshimó?
Reshimó es una impresión pasada, pero no de esta vida, sino de algún momento previo en que el alma recuerda haber estado plena, por eso no sabes por qué, pero lo añoras, y pareciera que nada de lo que actualmente tienes lo puede saciar y por eso puede causar desespero o tristeza inexplicables.
La porción de esta semana nos habla de Yosef que no pudo ya contenerse más de revelarse ante sus hermanos cuando estos finalmente estuvieron listos para verle.
Eso es que la Luz por fin pudo dar. El caudal de compartir pudo abrirse, pero no porque Yosef no estuviera listo para hacerlo, sino porque la vasija, (Yehuda - Maljut), por fin estuvo listo para ello y fue una emanación maravillosa de Luz.
Aquí hay algo que es importante para aprender: 
Si en vez de que ese reshimó te cause más deseo, más expansión, permites que tu deseo se vuelva mediocre, o se frustre, la vasija se estrecha y puede recibir mucha menor Luz...eso es cuando la gente se da por vencido, cuando ya no sigue buscando engrandecer más su deseo, esforzándose por recibir más Luz.
Cuando eso sucede es cuando ves a gente que se rindió, se amargó, y finalmente se convenció de ideas tales cómo "quizás esto nunca fue para mi y nunca sucederá", "no hay solución" "no está destinado para mi" "nunca lo experimentaré"
Si sientes ese reshimó, es porque algún día ya lo tuviste y pudieras volver a tenerlo, pero si te vences, tu vasija se estrecha y realmente no lo podrás recibir en esta vida.
¿Te vas a rendir o te seguirás preparando, te seguirás esforzando? 
Si permites que esa Or Makif, Luz circundante entre, las bendiciones también entrarán a ti nuevamente.
Feliz día Comunidad. Reflexiona. Toma acción.

Prana Raquel Pascual
Basado en clase de Ruth Rosemberg - 2014 Vayigash.
Imagen encontrada en: https://pxhere.com/es/photo/980928