miércoles, 25 de noviembre de 2015

Miércoles, 25 de noviembre. Superar la oscuridad


Miércoles, 25 de noviembre
En el nivel de nuestras almas hay perfección, pero en este mundo físico no hay una persona que esté totalmente completa. Una persona puede gozar de salud, otra de felicidad, otra de riqueza y otra puede gozar de poder. Sin embargo, en cada ser humano hay una parte que tiene oscuridad. Esa oscuridad es la que nos da la oportunidad de hacer lo que los kabbalistas llaman tikún: el proceso de corrección en el que podemos superar esa parte de nosotros que es negativa.
El Creador nunca prometió que no tendríamos problemas en nuestra vida. Nunca prometió que la vida sería una gran fiesta. Esa no es la razón por la que encarnamos en quienes somos. Encarnamos para superar nuestra oscuridad y, a través de nuestro esfuerzo, transformarla en Luz para todos.

Karen Berg
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Para mi ha sido maravilloso recordar el concepto de que Jacob no podía ser un hombre completo si no se reunía con Esaú, si permanecía en ese exilio con miedo de la retaliación del hermano, su ira y su venganza. 

Y es que algo de nosotros permanece en donde dejamos energía instalada, ya sea con temor, con resentimiento o con cualquier sentimiento sin resolución que jale hacia allá nuestra energía de pensamiento y la energía de nuestra emocionalidad en cualquiera de sus formas. Algo de nosotros sigue allá. 

Hace unos días, al respecto de una persona que vive entre dos países, con algo de energía en uno y otro, se me figuró que su alma a veces se quedaba en uno y tardaba en acompañarla al otro para sentirse bien y plena...cuando la llega a alcanzar de regreso vuelve el bien, pero a veces pareciera volver a escapar. ¿Te ha llegado a pasar eso? ¿Que sientes que aún no acabas de estar por completo en algún lugar o en alguna relación o situación? Es un buen reto, porque con la energía que tienes y el desarrollo del entendimiento tienes que lograr unificarte o padecer las consecuencias.

Algo que noto con cierta constancia en mi práctica privada es que la mayor parte de nosotros "seres humanos", no reconocemos algo de nosotros mismos, y lo manifestamos diciendo "ese(a) no soy yo", esa es una de las frases más recurrentes en mi consultorio "es que ese (a)no soy yo" (o con la variante no era yo cuando lo hice)...y yo me pregunto (y les pregunto) "¿Y si no eras tú? ¿Quien si era?"

Me parece algo un poco atemorizante no reconocer algo de nosotros mismos, generalmente nuestro Esaú, lo que es oscuro y no aceptable, pero si no lo vemos, de cualquier manera actúa por su cuenta. Contiene parte de nuestras motivaciones, contiene parte de nuestra Luz en él, así que más vale atreverse a encararlo, especialmente para que no irrumpa de súbito causándonos estupor de ver ese ser que también puede ser mucho menos amable y condescendiente de lo que queremos creer que somos.

Ayer, ya al final de una sesión con una paciente muy apreciada, le mencioné algo que ya no pude desarrollar más a detalle, pero fue una metáfora que se me vino a la mente con el tema que estábamos desarrollando: la gente somos analógica, no digital.

Busqué una definición, no me parece la única: Analógico, magnitud de valores que varían en el tiempo en forma continua, como la distancia, la temperatura, la velocidad, que pueden variar muy lento o muy rápido, o como el tiempo, que se describe por segundos, minutos, horas, y hasta medidas aún menores o mayores.

Lo digital se refiere a un sistema binario de 1 y 0, como en las computadoras, que claro hace todo más fácil de almacenar, de calcular etc. 

Mi entendimiento gracias a la pasión musical de la familia es que el analógico recorre cada fracción de sonido, incluso los ruidos, las basuritas sonoras, pero da una fidelidad extrema con la reproducción de la realidad; por su parte, lo digital lo limpia, pero le resta ese nivel de detalle.

Exacto o no técnicamente el ejemplo, la comprensión es que las personas somos muchos más llenos de detalles, recovecos y zonas por descubrir en nuestra personalidad, que no pueden definirse tan simplemente como ser bueno o malo, valioso o repudiable, cuerdo o loco ni ninguna otra dicotomía absoluta. Todos estamos llenos de graves y agudos, matices y tonalidades que no hacen del humano, un ser simple de juzgar en absoluto, o de definir en absolutos. No hay tal cosa como "ya lo conozco del todo"...los humanos siempre ofrecemos espacio para sorprender. Para nuestro beneficio y para nuestro susto jaja, pero no podemos entendernos como 1 o 0 jamás.

Si lo sabemos de nosotros mismos y necesitamos una cierta comprensión de nuestro entorno...podemos 1) ¿Estar más curiosos a nuestras propias gamas? 2) Ejercer más misericordia ante la personalidad de todos los seres que como nosotros, también son no precisamente "simplemente humanos" sino "complejamente" humanos?

Te lo dejo a tu reflexión y asimilación y espero te sea de gran utilidad.

Feliz día Comunidad

Prana Raquel Pascual
Psicoterapeuta Gestalt