viernes, 14 de junio de 2019

Codornices que el viento trajo



En la Torah de esta semana nos habla de un episodio en el cual los israelitas se quejaban de no tener carne para comer, así que un viento sopló y trajo un gran número de codornices al campamento.

Las personas con el mayor deseo de carne comenzaron a comer primero, dad que fueron egoístas, murieron, y fueron sus propios antojos y deseos egoístas quienes en realidad los mataron.

Con frecuencia el problema no es lo que hacemos, sino lo que queremos hacer, es peor que cometer un error que ni siquiera teníamos contemplado.

Si la mente ya está 99% ocupada por el pensamiento de un pecado, es seguro que la persona caiga, a menos que se ocupe a menos que se ocupe con la intención de recibir la ayuda de la Luz.

Hay varios temas interesantes aquí, ya que se pueden observar varias cosas, entre ellas, que a tus deseos, la Luz puede intervenir trayéndote las oportunidades como un viento trae a las codornices...

¿Qué hagas con esas oportunidades? Ah, esa es otra historia.

Las codornices fueron llevadas por el viento porque se asoció deseo con solución, pero ya de ahí, ser voraz, ser desconsiderado, ser egoísta, avaricioso o violento, eso ya es adición extra que como veremos desconecta, lo que estaba pensado para un bien resulta ser lo que se vuelve un daño.

Otro punto es la obsesión. Los humanos estamos muy a merced a pensamientos recurrentes y obsesivos, especialmente cuando están ligados a una fuerte emocionalidad o incluso a un instinto. 

Cuando estas ideas responden a una carencia...ahí lo único que queda es pedir ayuda a la Luz de la consciencia, auto-observarte y no permitirte ser reactivo de manera salvaje, sino de verdad a pedir la ayuda que sea necesaria para detener que esa obsesión se precipite en acciones fuera de control que nos lleven a la caída.

Si alguna vez has hecho algo que te has arrepentido casi en el mismo segundo después de haberlo hecho o dicho, sabes de lo que te estoy hablando.

Pide ayuda a La Luz, que es muchos casos se puede traducir en un amigo, un consejero espiritual, un terapeuta o alguien a quien tengas respeto y esté dispuesto a apoyarte y acompañarte en el trance hasta que logres des-atorarte de esa obsesión-compulsión.

Observarse a uno mismo es CRUCIAL, y desasociarse de esa animalidad automática, para no caer en errores que nos puedan costar demasiado caro el resto de nuestras vidas.

Shabbat Shalom cuando el día finalmente alcance a la noche.

Prana Raquel Pascual
Psicoterapeuta Gestalt & Coach

Texto en itálicas: La Biblia Kabbalista editada por El Centro de Kabbalah, vol Números