miércoles, 17 de agosto de 2016

El alcance de desear intensamente

El principal regalo de esta semana es despertar el deseo.

Hay una historia que me cuentan mis maestros, acerca del Bal Shem Tov, el Maestro del buen Nombre, ese que llevaba la espiritualidad a todas las personas simples y sencillas como cada uno de nosotros.

La historia cuenta acerca de este Maestro, que pasó un Shabbat con un señor que le invitó a su casa. Por la amabilidad que este hombre mostró hacia el Bal, este último quiso bendecirlo, pero el hombre que tenía riqueza y bonanza le dijo que no necesitaba nada. El Bal Shem Tov entonces le dijo: “déjame darte una bendición”,  pero el hombre le decía que no, que no necesitaba nada, entonces el Bal Shem Tov le pidió un favor, a lo que el hombre accedió con agrado. El favor era dar una carta para que se la entregara a otro Maestro, se la deja y se va. Sin embargo, el anfitrión una vez ido el Bal Shem Tov, olvida el encargo por completo y así pasaron años y años desde ese día.

Después del pasar de tanto tiempo, al hombre en cuestión le empieza a ir mal, su hijo y esposa mueren, a partir de eso pierde su fortuna etc. Caos en su vida.

Estando en esa situación, vuelve a saltar a su vista --quince años después de la visita del bal Shem Tov,  la carta que tenía que haber entregado. Cuando la ve, siente el dolor de no haber cumplido con su palabra, así que sin tener ya nada que perder, y siendo que ya el Bal Shem Tov había dejado este mundo, de cualquier manera decide ir a buscar al hombre que tenía que haber recibido la carta.

Esta persona era un gran alumno del Bal Shem Tov, por lo que al recibir la carta el hombre le dice que hacía 15 años debía haberla entregado, pero bueno, que por olvido no lo había hecho, dijo apenado.

El Maestro abre la carta que decía con letra del Bal Shem Tov: “Este hombre me ayudó y fue bueno conmigo cuando pudo, hoy está en problemas por lo que te pido que lo ayudes y bendigas  ahora que lo necesita. Para que me creas te digo que hoy por la mañana tu mujer ha dado a luz a una bebita.” (lo cual era verdad), así que el Maestro ayudó al hombre.

La moraleja de esta historia es que El Bal Shem Tov tuvo tanto deseo de bendecir al hombre y de ayudarlo, que lo logró después de 15 años después de haber dejado ya este mundo y cuando más lo necesitaba.

Tener deseo es un poder impresionante para manifestar bienes en este mundo. Primero hay que desearlo y solo hasta después puedes hacer todo el proceso para llevarlo a cabo.

¿Tu que quieres decir? ¿Qué quieres lograr? ¿Pero desde el fondo de tu corazón? Esta semana dedícala a generar el deseo de algo que quieres compartir con el resto de las personas que te rodean, o incluso más allá, con gente que quizás, jamás conocerás. Hay milagros que trascienden la frontera de nuestra propia imaginación.


Feliz día Comunidad

Prana Raquel Pascual
Psicoterapeuta Gestalt | Coach

Imagen: http://www.bathpostalmuseum.co.uk/alfred-smith-1d-6d-envelope.html

Basado en clase del Centro de Kabbalah 2009