Cuando muere Sarah, Abraham se dispone a conseguir un lugar legítimo y permanente para enterrarla en la tierra de Canaán, concretamente en la cueva de Macpelá en Hebrón. Abraham realiza la negociación con los hijos de Het y con Ephron el hitita, con respeto, transparencia y presencia de testigos públicos para formalizar la compra.
Abraham lleva la negociación abierta y honesta; no busca aprovecharse ni hacer trampa, sino establecer un acuerdo claro con testigos. Esto revela el valor de la honestidad e integridad en todo acto de relación y comercio, reflejando un acto espiritual de elevar lo mundano a sagrado.
Aunque Ephron inicialmente ofrece el terreno como regalo, Abraham insiste en pagar el precio completo, mostrando humildad y respeto hacia los demás, y evitando cualquier deuda o favores que pudieran enturbiar la legitimidad del acuerdo. Esto enseña que la humildad es clave para lograr acuerdos sanos y duraderos, además de manifestar mérito espiritual en la acción.
La compra formal del terreno no solo asegura un lugar físico para Sarah, sino que establece un derecho legítimo y un posicionamiento sólido en la Tierra Prometida.
En términos kabbalísticos, esto simboliza materializar promesas divinas de manera concreta y duradera, conectando la espiritualidad con la realidad física y demostrando paciencia y visión a largo plazo.
Abraham, un líder espiritual, toma consciencia de la importancia tanto de la dimensión espiritual (la promesa divina, el legado) como de la dimensión material (la tierra y el cuerpo de Sarah), mostrando que la verdadera sabiduría radica en balancear estos aspectos en la vida y en las negociaciones.
Estas lecciones invitan a observar las negociaciones como actos sagrados donde se reflejan valores profundos que alimentan tanto el alma como la comunidad.
La negociación es un acto de intercambio de bienes o satisfactores, pero tiene muchos recovecos donde se nos puede colar El Satán. Hacer tratos con justicia, sin dejarte abusar, pero tampoco ser abusado no solo habla de una transacción en la tierra, sino también de un ejercicio calibrado para que tu alma se refine.
Los restos mortales de los Patriarcas (Abraham, Sarah, Isaac, Rivka, Jacob y Leah aún están ahí en Hebrón y son un santuario que puede visitarse). Raquel está en otro lugar -a solicitud de ella-, ya que ella se quedó en un lugar donde ayuda en ese medio camino a sus hijos humanos que aún andamos con las tribulaciones y retos de la fisicalidad.💖
¿Interesante no crees?
Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt
Imagen https://es.wikipedia.org/wiki/Tumba_de_los_Patriarcas
