Sábado, 8 de septiembre de 2012
¿Alguna vez has notado que no hay clases de Kabbalah sobre cómo orar? Esto es porque no hay una forma correcta para orar. Tienes que hacer el trabajo, entregar tu corazón y confiar que la Luz está en el proceso. Esto es verdad no sólo para la oración sino para la mayoría de las cosas de la vida.
Esta es la principal diferencia entre religión y espiritualidad. Hacer las cosas “por el código” nunca es tan poderoso como dar todo de nosotros en algo. Realizar una acción porque tenemos que hacerlo, porque se nos dice o porque tenemos miedo de no hacerlo, no revelará tanta Luz como lo haría si colocamos nuestro corazón y nuestra emoción en cualquier acción que estemos realizando en un momento dado.
Yehuda Berg
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Cavaná.
Así se le llama a esa direccionalidad, intencionalidad, fuerza, certeza que le das a tu oración.
Yo he dado por llamarlo "cariño", aunque me parece que es más que eso. Desde hace muchos años, cuando pienso en hacer algún trabajo, pienso así: "trabaja bonito, ponle cariño". Es una frase que me digo a mi misma, no se la digo a nadie más, eso solo que con ello pongo una corriente de calidez a lo que estoy haciendo. "Me importa". Lo que dirían en inglés "I care".
Aunque confieso claramente que no siempre logro estar en ese estado, pero si en muchos, especialmente cuando el trabajo no es solo para mi, sino hacie algún compromiso con alguien más. Muchas veces siento que el cliente que lo recibe lo nota y suele ser más suave en su trato y en la recepción de lo que le estoy haciendo llegar. O en las juntas de trabajo. Estar. De verdad estar. Cuando me distraigo se cae esta conexión, si me concentro las cosas fluyen en un circuito bien afinado.
Es estar completo y entregado a lo que sea hace y buscando que el resultado sea lo mejor para el proceso o para lo que podemos llamar "el bien común", es decir, no que quede necesariamente apegado mi primera idea, sino que mis iniciativas se unan a la corriente de la otra persona y puedan hacer un "uno" armónico. Eso me encanta. Proponer pero aceptar. Construir en conjunto, que dicho sea de paso, en el tema de lo espiritual, me parece que es lo que hacemos con Di-os. No es una imposición total sino una oportunidad de co-creación.
He observado, que muchas veces por estar empecinados a que las cosas sólo están bien si son como lo pensamos en estricto sentido con un purismo que no perdona, empezamos a vivir la vida con una dificultad que es innecesaria. Lo observo a veces tan claro con momentos en que veo la diferencia de sonreir y de no hacerlo.
Hay una frase de la Madre Teresa que dice así:
"La paz comienza con una sonrisa."
Pero no es la sonrisa por reflejo. Es una sonrisa que se hace con cavaná, como se hace una oración, como se riegan las plantas para que de verdad reverdezcan, como se le habla a un perrito que no entiende la etimología de las palabras pero si tu vibración, como se ama sin tanto razonamiento pero con un cauce abierto y claro.
Imprime cavaná en todo lo que hagas, y todo se volverá de pronto, una Oración.
Shabbat Shalom Querida Comunidad del Blog.
Prana Pascual
Manual del Ego día 21. De tu lista de personas, observa con quienes debes sanar algún lazo. ¿Porqué no haces de esa tu lista de Oración? Envuelve con Luz Blanca a cada persona visualizandola y busca que ese lazo quede sanado. Hazlo con cavaná.
Imagen encontrada en: http://dequecolorestuaura.blogspot.mx/2010/02/un-halo-de-luz.html
