El amor es confesión.
Hoy, muéstrate con tu verdad.
Yehuda Berg
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Ayer me acosté muy tarde porque estuve en una cena con un amigo con el que ambos creemos tener conexión desde pasados mucho más remotos que lo que se relaciona a esta vida. Yo creo que los dos formamos parte de un ejército en algún momento y ahora que nos volvemos a ver nos reconocemos con la lealtad de miembros de un mismo bando, con alguna alianza inmemorial y con trabajos similares en esta vida, por los que podemos seguir colaborando juntos.
Justo por ello, al llegar tarde alcancé a leer aún por la noche la afinación de Yehuda y debo confesar que me quedé en blanco.
Es tan minúscula que cabe un universo en ella. De hecho, así se dice que es un universo, se dice que es sólo un punto, una pequeña semilla porque no lo que le cabe --sino lo que puede rodearlo-- lo que es inmenso.
Me fui a dormir pensando "Se me hace que mañana postearé: Interpreta lo que gustes". =)
Sin embargo hoy que me levanté pensé en las relaciones de nuestras vidas que claramente intuimos que provienen también de esos pasados remotos. Habitualmente todas la relaciones importantes o definitorias para disparar una gran lección o una gran afinidad súbita que surge sólo de verse a los ojos pueden caer en esa definición.
¿Te ha pasado algo así con alguien? Habitualmente las almas no viajan por este escenario temporal solas, sino en grupo, intercambiando roles y vivencias, y muchas veces aparecen en servicio de algún aprendizaje que les ha quedado pendiente entre sí. Es como un servicio. Y eso es un gran amor aunque a veces no lo parezca. Un servicio para el aprendizaje y la evolución, sin embargo, muchas veces quien no lo comprende, no puede desentrañar la misión.
Si esa alma y la tuya pudieran --en un momento de confesión-- encontrar porque se han vuelto a reunir, hallarían quizás una clave importante para su corrección personal, pero si en cambio, la conexión sigue velada aún por la noche de los tiempos, quizás tardes más en averigüar porque la intensidad en algún lazo.
Esta semana nació Moisés, que a su vez fue Noé (cuyo problema fue no haber rezado por la gente de su tiempo lo suficiente, y por tanto después Moisés tuvo la fuerza suficente para aguantar la batalla que fueron los cuarenta años de dificultades en el desierto, sin dejar de rogar nunca por Israel) y en previo fue Abel. Así también remontándonos en sentido contrario, Caín, fué el egipcio que Moisés desapareció por su negatividad, fue Jethro (Yitro) padre de Tzipora quien sería esposa de Moisés y se dice que también fue Korach. No me preguntes la lógica porque este escenario del tiempo no es real, sólo tiene la finalidad de enseñarnos. =)
¿Tienes alguna confesión a flor de piel? No dejes de preguntarte "¿Porqué y para qué?"
Ahora bien, esta fue mi interpretación para compartir hoy, pero la afinación de Yehuda da para muchas más. Elige que sentido le darás tu para tu día.
Disfruta las posibilidades de la verdad. =)
Abrazo,
Prana Pascual
P.D.
Sólo para dar el toque romántico del día les comparto la imagen de Nefertari para quien Ramsés II puso una dedicatoria en el templo en Abu Simbel:
"[...] Una obra perteneciente por toda la eternidad a la Gran Esposa Real Nefertari-Merienmut, por la que brilla el Sol."
=) Eso ya es para dar matiz amoroso a lo de la reencarnación ja ja ; )
