Jueves, 19 de noviembre de 2015
El primero de los diez mandamientos dados a Moisés en el monte Sinaí abre con " yo soy el señor tu Dios, quien te sacó de la casa de servidumbre, de la tierra de Egipto."
Según los kabbalistas, todo lo que leen en la Torá de alguna manera se aplica a nuestro viaje hoy aquí. Cada uno de nosotros tenemos nuestro propio tipo de esclavitud, nuestros propios límites, nuestros propios Egiptos.
Todos somos esclavos de algo.
Algunos de nosotros somos esclavos de los negocios. Algunos de nosotros somos esclavos para poder. Algunos de nosotros somos esclavos a constantes pensamientos de: "¿Donde voy a estar? ¿Cómo voy a ser recordado? ¿Cómo me voy a establecer en este mundo?"
"Fuera de la casa de la servidumbre" significa que con herramientas espirituales y la consciencia, podemos aprender a liberarnos de la esclavitud de nuestra propia naturaleza reactiva.
Por ejemplo, supongamos que el banco decide incautar nuestra casa. Ser libre significa que nos decimos a nosotros mismos, " ¿saben qué? Para mí en este momento, esto es lo que necesito que me pasa." O, supongamos que un amigo nos dice que ya no quiere estar cerca de nosotros. Ser libre significa que parar y preguntarnos qué está dentro de nosotros mismos, que necesitamos para transformar, en lugar de saltar en nuestra costumbre de reaccionar de inmediato a nuestro patrón de culpa, ira, o tristeza.
"Fuera de la casa de servidumbre" significa que nada ni nadie fuera de nosotros puede mantenernos esclavizados. Si estamos en la cárcel, en la cama con una enfermedad, o lo que sea que rodeado de oscuridad que pasa alrededor de nosotros, sabemos que la oscuridad nunca puede desestabilizar nuestra alma.
Si podemos traer a nosotros mismos en este tipo de certeza, entonces podemos ser totalmente libres.
Karen Berg
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Has notado que si no cuestionas tu proceder típico, el que exhibes sin siquiera pensar, el juicio a tu entorno que ya ni siquiera pasa a análisis sino que haces lo de siempre y por costumbre, eso es una especie de esclavitud.
El tema que pasa con este tipo de automatismo es que es cómo si ya tuvieras todas las decisiones de tu vida, pre-tomadas, ya no hay nada que cambie la causa que ta traerá el efecto, y entonces la sensación será la de repetir constantemente un patrón.
Pero eso es justo lo que no es libertad.
La definición que dan los Maestros Kabbalistas de la libertad, no es exactamente hacer lo que quieras cuando quieras y como quieras, sino hacer tu corrección de alma lo cual demanda esfuerzo de ir en contra de tu impulso ya pre-establecido y reactivo.
En esta semana recorremos la historia de Jacob cuando llega a casa de Labán en Jarán. Labán, aunque quiere decir blanco, era el ser más oscuro de todos esos tiempos y por supuesto quiso sacar provecho de Jacob que con su trabajo lograba que todo tuviera abundancia y prosperidad. Labán es quien le impuso 7 años de trabajo forzado para que pudiera casarse con Rachel, y cuando pasó el plazo, le intercambió a la novia casándolo primero con Leah y exigiéndole entonces otros siete años si quería desposar a Rachel.
Jacob no recriminó ni lloró el punto, simplemente se dio a la tarea de hacerlo.
Lo que nos atrapan son esas cosas que secretamente desde un pasado ya remoto nosotros no hemos podido identificar como nuestras ataduras que determinan nuestro hoy.
Primer paso, saber que muchas de las cosas que hacemos ni siquiera las estamos decidiendo conscientemente, las elegimos por costumbre. No puede entrar "vida nueva" --por decirlo así-- hasta que no estemos dispuestos realmente a que nos vuelva a tocar la novedad.
¿Donde ya estás pre-decidido? ¿Cómo puedes abrirte de verdad a la experiencia?
Feliz día
Prana Raquel Pascual
Psicoterapeuta Gestalt
