Muchas de las personas en el desierto que crearon y construyeron el Tabernáculo,
el Mishkán, no tenían entrenamiento ni conocimiento en las áreas en las que
estaban trabajando (carpintería y orfebrería, por ejemplo). Sin embargo, de
algún modo, cuando comenzaron a trabajar descubrieron cómo hacerlo. Hay una
sección del Zóhar, en la porción Nóaj, que nos dice que cuando estas personas
que tenían el deseo único de cumplir con su trabajo comenzaron a hacerlo, los
objetos comenzaron a enseñarles qué hacer. Por ejemplo, el oro comenzó a
decirle cómo hacer un pectoral a la persona que debía hacerlo y la madera
comenzó a decirles cómo construir las paredes del Tabernáculo a quienes debían
construirlas.
Estas personas no estaban
literalmente escuchando voces, sino que, de repente, dentro de su mente y
corazón, sabían qué hacer.
El entendimiento que recibimos
de esto se relaciona con la porción de Vayikrá, la cual comienza con: Vayikrá
El Moshé, que quiere decir: “El Creador llamó a Moshé”. La voz del Creador
comenzó a hablarle a Moshé mientras nadie más podía escucharla. Moshé está con
todos y entonces, de repente, escucha el llamado desde el Mishkán y el Creador
le dice exactamente qué hacer. ¿Qué significa esto? Y, aún más importante, ¿qué
lección hay para nosotros?
Los kabbalistas enseñan que si
la prioridad de un individuo en todo lo que hace es revelar lo que la Luz del
Creador quiere de esa situación, entonces recibirá las instrucciones exactas
sobre lo que debe hacer. No obstante, si somos sinceros con nosotros mismos, la
prioridad número uno de la mayoría de nosotros es recibir Luz y bendiciones
para nosotros mismos, aunque querer la bienaventuranza o la Luz que éstas
puedan traer al mundo esté muy cerca de ser la número uno.
Pero hay un problema con eso,
ese camino no facilita la revelación. No permite que la esencia de las cosas
nos hable. Todo lo que está en este mundo nos habla… ¿te imaginas si pudiésemos
escuchar lo que nos dice? Entonces, siempre sabríamos cuáles son las palabras y
acciones correctas. Por ejemplo, cuando estemos en medio de un acuerdo
comercial, éste nos dirá exactamente qué hacer. Pero tenemos que ser capaces de
escucharlo.
¿Cómo podemos comenzar a
escuchar los mensajes que están en todas partes para nosotros?
El Baal Shem Tov enseña que todo
en nuestra vida —desde nuestro negocio, familia, libros de conexión hasta los
muros de nuestra casa— nos quiere decir algo. Podemos recibir esos mensajes,
pero sólo de un modo. A través de la preparación personal antes de cada acción,
por ejemplo, decir: “Tendré esta importante conversación con mi hijo. ¿Qué
quiero lograr? No que tenga una mejor idea de mí ni que me escuche, quiero que
ocurra lo que sea mejor para su alma”. O cuando estemos en un trato de
negocios, no debemos pensar en qué ocurrirá por nuestras razones egoístas, más
bien, sólo querer que se se revele la bienaventuranza o la la Luz que puede
traer a este mundo.
Cuando esa es nuestra prioridad,
cuando lo que verdaderamente queremos de una situación es lo que la Luz del
Creador quiere y nos preparamos según eso, entonces la parte interna de todo
comienza a hablarnos; no al oído, sino al alma. Y luego, descubriremos en cada
situación, conversación y evento lo que la Luz del Creador desea que hagamos.
Por lo tanto, cuando la porción
Vayikrá comienza hablando sobre la voz del Creador que sólo es escuchada por
Moshé, también nos habla de la voz que todos debemos escuchar. Estamos
destinados a llegar a un estado en el que seamos, como dice el Midrash, ángeles
y mensajeros que tienen la fuerza de hacer lo que la Luz del Creador quiere que
hagamos en este mundo.
En el
Zóhar dice que los carpinteros y los orfebres no tenían el deseo de quedar bien
por la realización de su trabajo. Sólo tenían una prioridad: que el trabajo
fuese exactamente como la Luz del Creador quería que fuese y que revelase Luz y
bendiciones en este mundo. Y luego, dice el Zóhar, la madera y el oro
comenzaron a hablarles, les dieron instrucciones para que terminaran su
trabajo.
Shabbat Shalom Querida Comunidad
Prana Raquel Pascual
2 comentarios:
Gracias mil.
Gracias a ti por acompañarme en el blog
Prana Raquel
Publicar un comentario