Rediseñate.

Desde cualquier disciplina basada en el Humanismo, una de las principales premisas es el tomar responsabilidad por los propios actos, decisiones y vida en general.

Kabbalah no es una disciplina humanista, pero si un camino espiritual que no discrepa en lo absoluto con las corrientes de pensamiento que surgieron muchos años después en la historia de la Humanidad.

Es importante saber que partimos de la base en que no es el otro el que tiene que cambiar, sino que somos nosotros quienes podemos transformar algo de nosotros mismos para tener un relacionamiento distinto con nuestro entorno.

Algo interesante de este punto es que todas nuestras expectativas de que los otros cambien y sean como nosotros queremos son básicamente inútiles para propiciar nuestra felicidad. 

Por supuesto que entre los seres humanos, parte de nuestra interacción incluye educar, motivar, inspirar, dirigir etc., pero si el objetivo es hacer que las personas sean como nosotros las pensamos en nuestra cabeza, entonces estamos partiendo de la base equivocada que seguramente acabará por frustrarnos.

Todo el proceso espiritual que hemos estado llevando a cabo desde Elul y hasta Simjat Torah, está a nuestra disposición para que nos sea viable contar con la energía de cambio de nosotros mismos, no de que podamos manipular a los otros para ver si los obligamos a hacer lo que nosotros queremos o a que sean como nos los imaginamos.

Aclárate tú. Define que quieres tú. Modifícate tú y verás que el mundo a tu alrededor de inmediato empieza a ser distinto generalmente para mejor. Date cuenta de lo que tú deseas y manifiéstalo. Concentra tu energía en lo que tú necesitas, no por egoísmo, sino por respeto a ti mismo y a los demás. Elige, toma decisiones con base en tus valores pero no esperes obligar a nadie más. Es curioso, pero cuando nosotros liberamos nuestros deseos de una manera pura y sin expectativas, ayudamos a otros a su vez a tener una mejor plataforma para ser libres de usar su albedrío y decidir desde un lugar que no está atado a la condescendencia obligada o a la culpa.

El poder está en ti.

¿Qué quieres hacer con él? 

Feliz día y sigue rediseñándote.

Prana Raquel Pascual

Psicoterapeuta Gestalt | Coach

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