Lunes, 24 de junio de 2013
Hacer las cosas de manera segura puede prevenir
que fracasemos, pero no es lo que nos ayuda a crecer.
Si queremos todo lo que la vida tiene para ofrecer necesitamos salir a expresarnos y saber que, incluso si caemos, todo estará bien.
Toma más riesgos. La experiencia es el mejor maestro.
Si queremos todo lo que la vida tiene para ofrecer necesitamos salir a expresarnos y saber que, incluso si caemos, todo estará bien.
Toma más riesgos. La experiencia es el mejor maestro.
Yehuda Berg
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Para mi mi tesis, que no va tan avanzada como muchos --especialmente yo-- quisieramos (jaja), he estado leyendo acerca de desarrollo humano, especialmente de adolescencia. No es el tema que me compete como tal, pero es la semilla de lo que estoy buscando, así que he estado en ello.
Cuando leo, me encuentro algo que de alguna manera ya sabía pero que de otra forma...no tenía claro.
El adolescente normal, tiene que entrar en conflicto con las figuras de autoridad, tiene que polarizarlo que hasta ese momento sabía que era su mundo seguro de la infancia y contrastarlo, tiene que cuestionarse, para después poder resolverlo, tiene que pelearse afuera, para después reconciliarse adentro...
Y me doy cuenta que de alguna manera yo debo resignificar mi propia adolescencia.
Por mucho tiempo he pensado que yo era algo culpable de cosas que pasaban en mi casa cuando yo era adolescente...y resulta ser que simplemente estaba transcurriendo un momento de vida "normal", de acuerdo a lo esperado...no es que fui mala o especialmente rebelde (¡Hasta risa me da ahora, porque no creo haber sido demasiado de nada de ello!)...solo necesitaba diferenciarme de afuera para encontrarme a mi misma, lamentablemente coincidió con tantas cosas que me quedé puesto un problema encima, con la creencia de que demostrar mi carácter y expresarme como necesitaba, siempre conllevaba demasiadas consecuencias...y curiosamente no he podido dejar de hacerlo, pero siempre un poco con la etiqueta mental de "decir lo que pienso igual a problemas"...pero con el paso de la vida he visto que aunque hay que aprender a aterrizar bien las ideas para que no lleguen abruptas a mi interlocutor, lo que me ha resultado más dañino --a mi y a muchos-- es negar mi propio poder, de expresión, de decisión, de restricción etc. No preguntar, no aclarar, no poder un límite, no decir un "hasta aquí".
Los humanos somos seres llenos de poder malentendido: pensamos que debemos ser mansos y dóciles hasta el extremo de no importunar ni lo que el sonido de un alfiler al caer en un bosque...o impositivos y/o autoritarios tanto que no quepa ni el ápice de alguna otra opinión que nos ponga en riesgo de dialogo...pero el verdadero poder está en otro lado, en donde vive la justicia de que todos cabemos en el mundo, pero también...con estilo, con dignidad para ambos lados, pero debemos adueñarnos de nuestro lugar.
He observado que una gran rabia se despierta cuando no manifestamos nuestra voz, cuando alguien te dice ¿Tu que quieres? Y tu contestas "lo que tu quieras". Hazlo repetidamente y verás que enojo despiertas por no atreverte a ser tu y a manifestar tus deseos, y verás con susto que el afuera te demanda que seas tu mismo ¡Sin imposición pero con autoestima!
He visto a hombres volverse agresivos y violentos con mujeres que rehuyen su poder...Porque intuitivamente (creo) saben que requieren del dicho poder para que les sea un contenedor, una vasija que les de forma, y cuando no hay cohesión suficiente para que eso suceda, algo en su interior lo reclama en los tonos más demandantes ¡Y más irrespetuosos!...
He visto a hijos e hijas enfurecerse por ver a sus madres sin lugar, sin voz, sin esplendor...y en vez de ofrecer misericordias erigirse en juicio, como si algo en el interno colectivo supiera que no nacimos para ser pusilánimes sino llenos de Luz.
Encuentro que ser chiquito e indefenso ayuda tan poco y hasta menos que ser arrogante y agresivo...pero que encontrar el balance de tu propia vibración es apenas lo esperado en este mundo.
Por si eres de los que es su inmensa discreción hace el daño de no organizar su parte de mundo y va dejando por su paso el vacío de su propia expresión...dale una segunda reflexión.
Feliz día Querida Comunidad del Blog.
Prana Raquel Pascual
Imagen: Pinterest
