Ayer mientras conversaba
con una persona a quien aprecio mucho, me di cuenta de que me estaba contando unos
eventos que estaba experimentando, en los que su reacción denotaba ser muy
distinta a la que tenía un mes atrás. Parecía ser otra persona al respecto y lo
pusimos en el centro de nuestra charla.
"¿Recuerdas que un mes atrás
estábamos hablando de cierto tipo de manejo que dabas a las situaciones? ¿Actitudes
y conductas que surgían de manera automática pero no identificable para tu
consciencia?"
Me di cuenta de que casi ni
siquiera recordaba la conexión de aquel tiempo en que revisamos esas
situaciones a ahora que están prácticamente desvanecidas o modificadas a otra
expresión muy diferente.
Desde mi práctica psicoterapéutica,
a esto se le conoce como Teoría Paradójica del Cambio. Un psicoterapeuta Gestalt
no persigue el cambio de manera directa, no busca imponer su propia creencia de
cómo debieran ser las cosas para el paciente, sino que se ocupa de develar el
fondo, enriquecer la perspectiva y deseablemente que la persona llegue a “Darse
Cuenta”.
“Darse cuenta” desde esta terapéutica,
no es “enterarse conscientemente de”, sino “darse cuenta desde el cuerpo y el
alma, desde ese pequeño sobresalto que nos da cuando nos cae un veinte
como decimos en México.
Es como que todo el
organismo da acuse de recibo del patrón disfuncional, y comienza a ser alumbrado
con una luz nueva en una situación que parecía decretada a seguir siendo así
por siempre, pero que encuentra nueva manifestación cuando la Luz del
entendimiento llega a la comprensión de la consciencia.
En Elul (el mes de Virgo),
buscamos justo eso. Hacemos ejercicios de teshuvá (revisar nuestro
comportamiento para identificar donde hemos estado desconectados de esta luz).
Por supuesto queremos transformarnos, pero a veces no es cuestión de esforzarse
en la acción del cambio en sí, sino tan solo VER y el cambio sorprendentemente
se da solo por haber identificado al ego.
El alma a la que se le
revela un aspecto del ego tan claramente puede hacerse cargo -prácticamente de
inmediato- de la zona ensombrecida por el ego.
Es paradójico porque
pensamos que el cambio involucra mucho esfuerzo, días y días de tratar de ser
distinto. Algo de ello es verdad, llegar a darnos cuenta no parece fácil, pero
si das en el clavo es como una cortina que simplemente cae y deja ver a la Luz
en todo su esplendor sin mayor trámite.
Cuando de verdad encendemos
la luz de la consciencia, es como cuando prendes la luz en una habitación. No
parece ser un proceso ni complicado ni largo para que de pronto todo se vea
iluminado.
Eso queremos lograr con el
trabajo de teshuvá, la búsqueda de donde hemos sido egoístas, donde hemos
violentado la dignidad de otros y la propia, donde hemos sido impulsivos y
enjuiciadores, donde hemos engañado y mentido a otros y seguramente a nosotros
mismos.
Y resulta que cuando lo
ves, todo es más fácil de lo que crees 😊
Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt - Coach
Imagen https://definicion.de/rayo-de-luz/
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